domingo, 11 de diciembre de 2011

Homenaje a Nicholas Roerich

Nicolás Roerich

ESTRELLA DE LA MADRE DEL MUNDO

--------------------------------------------------------------------------------

La conciencia de la humanidad se ha dirigido en todo momento hacia aquella constelación de siete estrellas conocidas como las Siete Hermanas, las Siete Mayores o la Osa Mayor. Las Escrituras exaltan este signo celestial y el sagrado Trepitaka del budismo dedica a ella un grandioso himno. Los Magos y egipcios antiguos la esculpían en las piedras. Y la fe negra de los chamanes de la salvaje taiga le rendían homenaje.

Los antiguos templos de misterio del Asia Central fueron dedicados a otro de los milagros del cielo: la constelación de Orion, que la sabiduría de los astrónomos ha llamado los "Tres Magos".

Como un par de alas iridiscentes, estas dos constelaciones se extienden en el firmamento. Entre ellas, en una rápida carrera hacia la tierra, está la Estrella de la Aurora, morada resplandeciente de la Madre del Mundo. Por su dominante luz, por su acercamiento sin precedente, predice la nueva era de la humanidad.

Las fechas, registradas hace eones, se están cumpliendo en las runas estelares, Las predicciones de los Hierofantes egipcios se revisten de realidad ante nuestros ojos. Verdaderamente, ésta es una época de milagros para quienes son testigos de ella. Aquel satélite de la Madre del Mundo, la Belleza, la vestimenta viviente, también está predestinado y desciende sobre la humanidad. Como atuendo de la purificación, el signo de la Belleza debe glorificar cada hogar.

Simplicidad, Belleza, Valentía: ¡así está ordenado! La valentía es nuestro guía. La belleza es el rayo de la compresión y la elevación. La simplicidad es la clave para abrir las puertas del misterio venidero. Y no la servil simplicidad de la hipocresía, sino la gran simplicidad del logro envuelto en los pliegues del amor. La simplicidad que abre las puertas más sagradas y misteriosas a aquel que traiga su antorcha de sinceridad y labor incesante. No la Belleza del convencionalismo y el engaño, que alberga el gusano de la decadencia, sino la Belleza del espíritu de la verdad que aniquila todos los prejuicios. La belleza encendida con la libertad y el logro verdaderos y glorificada por el milagro de las flores y los sonidos. No la Valentía del artificio, sino la Valentía que conoce las insondables profundidades de la creación y hace una discriminación entre la confianza en uno mismo en una acción y la presunción de la vanidad. La valentía que posee la espada del coraje y que derriba la vulgaridad en todas sus formas, aunque esté adornada con riquezas.

La comprensión de estas tres alianzas crea la fe y el apoyo del espíritu. Pues en la última década todo ha sido dotado de movimiento. La mayoría de los simplones en masa han cobrado movimiento y los más grandes estúpidos han comprendido que sin simplicidad, belleza y valentía, es inconcebible cualquier construcción de la nueva vida. Como también es imposible la regeneración de la religión, de la política, de la ciencia o la revaloración del trabajo. Sin Belleza, todas las páginas inscritas, como hojas marchitas y caídas, se irán con los vientos de la vida y el lamento de la hambruna espiritual estremecerá los cimientos de las ciudades, abandonadas en su abundancia de habitantes.

Hemos visto revoluciones. Hemos visto multitudes. Hemos pasado a través de muchedumbres insurrectas. Pero sólo allí contemplamos el estandarte de la paz flameando sobre las cabezas, donde la belleza resplandecía y, a la luz de su maravilloso poder, evocaba una compresión unida. Vimos en Rusia cómo la multitud escogió a los apóstoles de la belleza y los coleccionistas — los verdaderos coleccionistas, no aquellos que eran los poseedores incidentales de alguna herencia — por su honor. Vimos cómo el joven más ferviente permanecía en una intensa vigilancia, orando, bajo las alas de la belleza. Y los restos de la religión fueron revivificados allí donde la belleza no pereció y donde el escudo de la Belleza fue más firme.

Por experiencia práctica, podemos afirmar que estas palabras no son la Utopía de un visionario. No, son la esencia de la experiencia reunida en campos de paz y de batalla. Y esta experiencia múltiple no provocó desilusión. Por el contrario, fortaleció la fe en lo destinado y lo cercano, en el resplandor de las posibilidades. Verdaderamente, fue una experiencia que generó confianza en los nuevos que se apresuraron a ayudar en la edificación del Templo y cuyas voces gozosas resonaron en las colinas. La misma experiencia dirigió nuestros ojos hacia los niños que, ignorantes, aunque con el permiso de aproximarse, comenzaron a abrirse como las flores de un bello jardín. Y sus pensamientos se convirtieron en cristal, y sus ojos se iluminaron, y sus espíritus se esforzaron por proclamar el mensaje del logro. Todo ello no estaba en templos nebulosos sino aquí, sobre la tierra, aquí, donde nos hemos olvidado tanto de lo que era bello.

Parecería increíble que las personas quisieran olvidar las mejores posibilidades, pero esto sucede con más frecuencia de lo que imaginamos. El hombre perdió su llave de los símbolos de los Rig-Vedas. El hombre olvidó el significado de la Kábala. El hombre mutiló la gloriosa palabra de Buda. El hombre, con oro, mancilló la palabra divina de Cristo y olvidó, olvidó, olvidó las llaves de las puertas más sublimes. Los hombres pierden con facilidad, ¿pero cómo recobrar? El sendero de la recuperación nos permite a todos tener esperanza. ¿Por qué no, si un soldado de Napoleón descubrió la Piedra de Rosetta en una trinchera, llave de la interpretación de todos los jeroglíficos de Egipto? Ahora, cuando realmente está sonando la última hora, los hombres — aún muy pocos — comienzan de prisa a recordar los tesoros que fueron suyos desde hace mucho, y nuevamente las llaves empiezan a tintinear en la faja de la fe. Y los sueños evocan clara y vividamente la abandonada aunque siempre existente belleza. ¡Sólo aceptad! ¡Sólo recibid! Percibiréis cuán transformada estará vuestra vida interior; como se estremecerá el espíritu al darse cuenta de las ilimitadas posibilidades. Y con cuánta simplicidad la belleza envolverá el templo, el palacio y el hogar, donde palpita un corazón humano. No sabemos cómo acercarnos a la belleza: ¿dónde están las cámaras dignas, las vestimentas dignas para el festival de color y sonido? "Somos tan pobres", es la respuesta. Pero ¡cuidado!, no sea cosa que os ocultéis detrás del espectro de la pobreza. Pues dondequiera que se implante el deseo, florecerá la decisión.

¿Y como comenzaremos a construir el Museo? Simplemente. Pues todo debe ser simple. Cualquier cuarto puede ser un museo, y si el deseo que lo concibió es digno, se convertirá en poco tiempo en su propio edificio y en un templo. Y los nuevos vendrán de lejos y llamarán a la puerta; solamente no paséis por alto la llamada.

¿Como comenzaremos nuestra colección? Otra vez, simplemente, y sin riquezas, sólo con un deseo incosquistable. Hemos conocido muchas personas pobres que fueron destacados celeccionistas, y que si bien se vieron limitados por cada centavo, reunieron colecciones de arte llenas de gran significado interior.

¿Como podemos publicar? También sabemos que las grandes publicaciones de arte comenzaron con medios prácticamente insignificantes. Por ejemplo, en una obra tan idealizada como ese tremendo proyecto de publicación de postales de arte, Saint Eugénie comenzó con cinco mil dólares y en diez años rindió un beneficio anual de cientos de miles. Pero el valor de esta obra no se midió por sus beneficios económicos, sino más bien por la cantidad de publicaciones artísticas difundidas que atrajeron una multitud de corazones nuevos y jóvenes hacia el sendero de la belleza. Las coloridas postales que se publicaron artísticamente, y en un método definido, penetraron en estratos nuevos de las personas y crearon nuevos entusiastas. ¡Cuántos nuevos coleccionistas nacieron! y midiendo su acceso a nuevos corazones, los editores enviaron al mundo reproducciones de las creaciones más progresistas. De esta manera, a través de la valentía, en la simplicidad de la claridad, se crearon nuevas obras de belleza.

¿Cómo podemos abrir escuelas y enseñar? También simplemente. No esperemos grandes edificios ni suspiremos por las condiciones primitivas y la falta de material. El cuarto más pequeño — no más grande que la celda de Fra Beato Angélico en Florencia — puede contener las posibilidades más valiosas para el arte. El conjunto más pequeño de colores no disminuirá la substancia artística de la creación. Y el lienzo más pobre puede ser el receptor de la imagen más sagrada.

Si nos damos cuenta de la importancia inminente de enseñar belleza, debe comenzarse sin tardanza. Debemos saber que llegarán los medios, si se manifiesta el entusiasmo perdurable. Dad conocimiento y recibiréis posibilidades. Y cuanto más liberal sea la entrega, más rico será lo que recibamos.

Veamos lo que Serge Ernst, director de Hermitage en Petrogrado, escribe acerca de la escuela a la que se dio comienzo, por iniciativa privada, en un cuarto y que más tarde tuvo dos mil inscripciones anuales.

"Un claro día de mayo, el gran vestíbulo de Marskaya ofrece un luminoso festival para la vista. ¡Qué puede faltar! Toda una pared está cubierta de iconos austeros y brillantes; mesas enteras resplandecen con hileras policromas de jarrones y figuras de mayólica; finalmente, aquí hay ornamentos pintados para la mesa de té y más allá, lujosamente bordadas en seda, oro y lana, hay alfombras, almohadas, toallas y blocs para escribir. Aquí hay muebles acogedores adornados con intrincada artesanía. También hay vitrinas llenas de encantadoras fruslerías. De las paredes cuelgan los planos de los objetos más variados para la decoración de la casa, empezando por planos arquitectónicos y terminando con los planos para la composición de una estatua de porcelana. Las medidas y dibujos arquitectónicos de los monumentos de arte antiguo son las interesantes ilustraciones de la clase de gráficos; en las ventanas, en lugares coloridos y brillantes, se exhiben las creaciones de la clase, en vidrio de color. Más allá, frente al espectador, hay una compañía blanca de las producciones de la clase de los escultores, de la clase de dibujos de animales; y en la parte superior espera toda una galería llena de pinturas al óleo y naturalezas muertas. Y toda esta variedad de creación vive, está vital con un completo entusiasmo joven. Todo el feliz campo del arte de nuestros días recibe aquí su debida consideración, en una íntima relación con los asuntos artísticos del presente. ¿Y qué es más sublime, qué puede recomendar más la escuela de arte que este contacto precioso e inusual?"

En estos contactos de entusiasmo y en la economía de todos los logros preciosos, la obra de la escuela progresa rápidamente y cada año se reúnen nuevas fuerzas que son las dignas protectoras de la futura cultura del espíritu. ¿Cómo reclutar estas nuevas fuerzas? Muy simple. Si sobre la obra reluce el signo de la simplicidad, la belleza y la valentía, enseguida se reunirán fuerzas nuevas. Llegarán cabezas nuevas, depuestas y a la espera desde hace mucho tiempo del milagro maravilloso. La única cosa: ¡no permitamos que estos buscadores nos pasen de largo! ¡No dejemos que ninguno pase de largo en la penumbra!

¿Y cómo acercarnos nosotros mismos a la belleza? Esto es lo más difícil. Podemos reproducir pinturas; podemos realizar exposiciones; podemos abrir un estudio; pero, ¿dónde encontrarán una salida los productos del estudio? ¿Dónde penetrarán los productos del estudio? Es fácil hablar, pero es difícil admitir la belleza en la casa de la vida. Pero mientras nosotros mismos rechacemos la entrada de la belleza en nuestra vida, ¿qué valor poseerán estas afirmaciones? Serán estandartes insignificantes en un hogar vacío. Al permitir la entrada de la belleza en nuestra casa, debemos determinar el incuestionable rechazo de la vulgaridad y la pomposidad y todo lo que se oponga a la bella simplicidad. Verdaderamente, ha llegado la hora de afirmar la belleza en la vida. Llegó con la fatiga de los espíritus de los pueblos. Llegó con la tormenta y los rayos. Esa hora llegó antes de la venida de Aquel Cuyos pasos ya están resonando.

Cada hombre lleva "una balanza en el pecho"; cada uno pesa su propio karma. De modo que ahora, en forma liberal, se nos ofrece a todos la vestimenta viviente de la belleza. Y cada ser viviente racional puede recibir de ella una prenda y arrojar lejos de sí ese ridículo temor que susurra: "No es para ti". Debemos deshacernos de ese miedo gris, de esa mediocridad. Pues todo es para vosotros si manifestáis el deseo de una fuente pura. Pero recordad, las flores no brotan en el hielo. Sin embargo, cuántos carámbanos esparcimos, entumeciendo nuestro esfuerzo más digno a través de una humilde cobardía.

Algunos corazones cobardes determinan interiormente que la belleza no puede ajustarse a la escoria gris de nuestros días. Pero sólo les ha susurrado la pusilanimidad, la pusilanimidad del estancamiento. Todavía entre nosotros están los que repiten que la electricidad nos está cegando; que el teléfono está debilitando nuestro oído; que los automóviles no son prácticos para nuestras carreteras. Igualmente timorato e ignorante es el temor de la no reconciliación de la belleza. Expulsemos de nuestros hogares este absurdo y resonante "no" y transformémoslo, por medio del regalo de la amistad y la joya del espíritu, en un "sí". ¡Cuánto estancamiento turbio hay en el "No" y cuánta franqueza con respecto al logro en el "Sí"! Debemos pronunciar "Sí" y la piedra desaparece, y lo que ayer todavía parecía inalcanzable, hoy se acerca más y está a nuestro alcance. Recordamos un incidente conmovedor: un pequeño, no sabiendo cómo ayudar a su madre moribunda, escribió una carta lo mejor que pudo a San Nicolás, el Hacedor de Milagros. Se dirigió a ponerla en el buzón, cuando un "Transeúnte Casual" se acercó para ayudarlo a alcanzarlo, y se percató de la inusual dirección. Y verdaderamente, la ayuda de Nicolás, el Hacedor de Milagros, llegó a este pobre corazón.

Así, a través del trabajo del cielo y de la tierra, conscientemente y en la práctica viviente, la vestimenta de la belleza nuevamente cubrirá a la humanidad.

Quienes han conocido a los Maestros en vida, saben lo simples, armoniosos y bellos que son. La misma atmósfera de belleza debe invadir todo lo que se aproxima a Su región. Las chispas de Su Llama deben penetrar en las vidas de los que esperan al que Pronto Llegará. ¿Cómo conocerlos? Sólo con los más dignos. ¿Cómo esperar? Fusionándonos con la Belleza. ¿Cómo abarcar y retener? Llenos de esa Valentía concedida por la conciencia de la belleza. ¿Cómo venerar? Como en presencia de la belleza que hechiza hasta sus enemigos.

En la profunda penumbra, brillante con una gloria sin igual, resplandece la Estrella de la Madre del Mundo. Desde abajo, renace la ola de una sagrada armonía. Un pintor tibetano de iconos toca su canción en una flauta de bambú ante la imagen sin terminar de Buda-Maitreya. Al adornar la imagen con todos los símbolos del santo poder, este hombre, con la larga trenza negra, a su modo, ofrece su mayor regalo a Aquel que es Esperado. Así traeremos la belleza a las personas: ¡simple, bella, valientemente!

Talai-Pho-Brang, 1924











jueves, 24 de noviembre de 2011

Homenaje a Nicholas Roerich


Nicolás Roerich

LA GRAN MADRE

--------------------------------------------------------------------------------

LA GRAN MADRE

Desde los tiempos más antiguos, las mujeres han llevado una guirnalda sobre sus cabezas. Se dice que con esta guirnalda han pronunciado los conjuros más sagrados. ¿Acaso no es la guirnalda de la unidad? Y esta sagrada unidad, ¿acaso no es la mayor responsabilidad y la bella misión de la mujer? De las mujeres podemos oír que debemos buscar el desarme no en los buques de batallas y las armas, sino en nuestros espíritus. ¿Y de dónde puede la generación joven oír su primera caricia de unificación? Sólo de la madre. Tanto para Oriente como para Occidente, la imagen de la Gran Madre, la condición de mujer, es el punto de la unificación última.

Raj-Rajesvari, la Madre Todopoderosa. A ti, el hindú de ayer y de hoy te canta su canción. A ti te traen las mujeres sus flores de oro y a tus pies colocan los frutos para la bendición y los llevan de regreso a sus hogares. Y glorificando tu imagen, la sumergen en las aguas, por temor a que un hálito impuro toque la Belleza del Mundo. A ti, Madre, está dedicado el sitio de la Gran Montaña Blanca, que jamás ha sido conquistada. Pues cuando llegue la hora de extrema necesidad, allí estarás y levantarás la Mano para la salvación del mundo. Y rodeada de todos los vientos arremolinados y toda la luz, te yerguerás como una columna de espacio, y convocarás todas las fuerzas de los mundos lejanos.

Devastados están los templos antiguos. Las columnas están agrietadas. Y las bombas han atravesado las paredes de piedra.

En Goa, los barcos portugueses llegaron hace mucho tiempo. Sobre las altas proas de las carabelas, las imágenes de la Madonna resplandecían con el oro, y en su Gran Nombre, se dispararon balas de cañón contra los antiguos santuarios. ¡Las columnas de Elefanta fueron destruidas por balas de cañón! ¡Todo por la Virgen de los Conquistadores!

En Sevilla, en el Alcázar, hay una antigua pintura de Alejandro Fernández, que lleva este mismo título. En la parte superior del cuadro, en el resplandor de la luz celestial de las nubes, está la Santa Virgen con una sonrisa benigna y Su amplio manto abriga a una hueste de conquistadores. Debajo se ve un mar turbulento cubierto de galeones, listos para zarpar hacia nuevas tierras lejanas. Quizás éstos sean los mismos barcos que destruirán el santuario de Elefanta. Y con una sonrisa benigna, la Virgen compasiva observa a los conquistadores, como si Ella Misma se levantara con ellos para destruir las adquisiciones ajenas. Ya no se trata de la amenazadora advertencia del profeta Elías, ni del Arcángel Miguel, el constante guerrero. Pero Ella Misma, la Pacífica, se levanta en la conciencia del pueblo para la batalla, como corresponde a la Madre del Mundo procuparse por los actos de matanza humana.

Mi amigo está indignado. Dice:

—"¡Mira! ¡Esta pintura ciertamente es honesta! En ella, es evidente toda la psicología de Europa. ¡Fíjate en la presunción! Se preparan para sitiar los hallazgos extranjeros de tesoros y atribuyen protección por sus actos a la Madre de Dios. Ahora compara cuán diferente es la disposición de Oriente, donde la benévola Kwan Yin cubre a los niños con su vestimenta, defendiéndolos del peligro y de la violencia.

Otro amigo presente defiende la psicología de Europa y también se refiere a ciertas pinturas como verdaderos documentos de la psicología de cada época. Recuerda cómo en las pinturas de Zurbarán o Holbein, la Santa Virgen cubre con Su velo a todos los que vienen a Ella. Al referirse a las imágenes de Oriente, recuerda a los aterradores idams con cuernos, adornados con terribles atributos. Recuerda la danza de Durga sobre cuerpos humanos y sobre collares hechos con cráneos.

Sin embargo, el representante de Oriente no cede. Señala que en estas imágenes no existe un elemento personal y que los atributos aparentemente aterradores son los símbolos de los elementos desenfrenados, y sólo al conocer su poder el nombre comprende que puede conquistarlos. El amante de oriente señaló cómo se han usado en todas partes los elementos de terror y que en los Infiernos de los frescos de Orcana en Florencia se representaron llamas nos menos aterradoras y cuernos no menos demoníacos. Todos los horrores del pincel del Bosco o del austero Grunwaid rivalizan con las figuras elementales de Oriente.

El devoto de Oriente dijo que en su opinión la llamada Madonna de Turfan era una evolución de la Diosa Marichi, que después de ser una cruel devoradora de niños, gradualmente fue convirtiéndose en su solícita guardiana y llegó a ser la compañera espiritual de Kuvera, el dios de la fortuna y la riqueza. Al recordar estas evoluciones benévolas y elevadas aspiraciones, podemos mencionar una costumbre que aún existe en Oriente. Los lamas suben a una alta montaña y, para la salvación de viajeros desconocidos dispersan piqueñas imágenes de caballos que los vientos se llevan lejos. En esta acción yace un sentido de benevolencia y renuncia.

A esto, la respuesta dada al amante de Oriente fue que Procopio el Justo, en un signo de abnegación, desvió la nube de piedra de su ciudad nativa y, en las altas orillas del Dvina, rogaba siempre por los viajeros desconocidos. Y también se señaló que en Occidente, muchos santos como Procopio renunciaron a su alta posición terrenal por el bien del Mundo.

En estos hechos y en estas plegarias «por los desconocidos, por los ignotos, por los que no tienen historia» yace el mismo gran principio de ser anónimo, y la conciencia de la transitoriedad de la encarnación que también resulta tan tan atractiva en Oriente.

El amante de Oriente acentuó el hecho de que este principio de ser anónimo, o la renunciación de nuestro título temporal, ese comienzo de una entrega benévola desinteresada, ha sido llevado a un nivel mucho más amplio y elevado en Oriente. En cuanto a ello, nos recordó que todos los primitivos bizantinos, italianos antiguos y de los Países Bajos, los iconos rusos y otros primitivos tampoco están firmados y que el comienzo de las firmas personales apareció mucho después.

La charla giró hacia los símbolos de omnipotencia y omnisciencia, y nuevamente fue evidente que los símbolos idénticos han pasado a través de las más variadas manifestaciones. La conversación continuó porque la vida ha dado ejemplos inagotables. En respuesta a cada indicción de Oriente, se ofrecía un ejemplo de Occidente. Uno recordaba los caballos de cerámica blanca que, hasta la actualidad, permanecen en círculos en los campos e la India meridional, y sobre los cuales — se dice — las nujeres emprenden vuelos en sus cuerpos astrales. En respuesta a esto, se presentaron las imágenes de las Valquirias y hasta la proyección contemporánea de cuerpos astrales. Luego se recordó en forma conmovedora cómo las mujeres de la India adornan cada día los umbrales de sus hogares con algún dibujo diferente, el dibujo del bienestar y la felicidad; pero al mismo tiempo, se recordó que las mujeres de Occidente borraban sus numerosos dibujos para la salvación de aquellos seres queridos.

Uno evocó al gran Krishna, pastor benévolo, e involuntariamente lo comparó con la antigua imagen del eslavo Lel, un pastor que se parece en todo sentido a este prototipo hindú. El otro recordó las canciones en honor de Krishna y las Gopis, las compararon con las canciones de Lel y las danzas corales de los eslavos. Uno recordó a la mujer hindú en el Ganges y sus antorchas de salvación para su familia. Y éstas fueron comparadas con as guirnaldas arrojadas al río durante la celebración de la Trinidad, una costumbre querida para todos los eslavos arios.

Al recordar todos los conjuros y las evocaciones de los hechiceros de la costa de Malabar, no se puede pasar por alto los mismos ritos de los chamanes siberianos, las brujas finlandesas, los clarividentes de Escocia y los hechiceros pieles rojas.

Ni la separación de los océanos ni los continentes habían afectado la esencia del concepto popular de las fuerzas de la naturaleza. Alguien recordó la nigromancia del Tíbet y la comparó con la masa negra de Francia y los satanistas de Creta.

Al oponer los hechos, los exponentes de Oriente y Occidente se encontraron hablando sobre cosas idénticas: las aparentes diferencias se convirtieron sólo en diversos grados de la conciencia humana. Estos conversadores se miraron uno a otro con asombro, ¿dónde estaban el Oriente y el Occidente que estaban tan acostumbrados a contrastar?

La tercera persona, que había permanecido en silencio, sonrió:

— "¿Y dónde están las fronteras de Oriente y Occidente? ¿Y acaso no es extraño que Egipto, Argelia y Túnez, que están al sur de Europa en el concepto general, estén considerados como Oriente? ¿Y los Balcanes y Grecia, al este de ellos, sean parte de Occidente?"

Recordé entonces que, caminando por las costas de San Francisco con un profesor de literatura, nos preguntamos uno al otro:

— "¿Dónde estamos en realidad? ¿En el extremo Occidente o en el extremo Oriente?"

Si China y Japón, en relación con el Cercano Oriente, Asia Menor, son considerados como el Lejano Oriente, siguiendo con la misma línea de argumento, ¿acaso América, con sus incas, mayas y pieles rojas, no debe considerarse como el Más Lejano Oriente? ¿Qué podemos hacer, entonces, con Europa, que aparecería rodeada de Oriente por ambos lados?

Recordamos que durante la época de la Revolución Rusa, los finlandeses consideraban que Siberia les pertenecía, aportando como razones sus semejanzas tribales. Recordamos que Alaska casi toca Siberia, y el rostro de los pieles rojas, comparados con muchos mongoloides, sorprendentemente semejan un solo rostro asiático.

De esta manera sucedió que por un momento los adversarios habían dejado de lado toda la superstición v os prejuicios. El exponente de Oriente habló "de los Cien Brazos" de la Iglesia Ortodoxa y el exponente de Occidente exaltó y admiró las imágenes de Kwan-Ym, la misericordiosa poseedora de muchos brazos. El exponente de Oriente habló con respecto del atuendo bordado en oro de la Madonna italiana y sintió la profunda penetración de las pinturas de Duccio y Fra Angelico, y el amante de Occidente rindió homenaje a los símbolos e la Omnisciente Dukhar, la de los numerosos ojos. Recordaron a la Todo Compasiva. Recordaron los múltiples aspectos de la Que Todo lo Otorga y de la Todo Misericordiosa. Recordaron lo bien que la psicología de las personas había concebido la iconografía de los símbolos y qué enorme conocimiento yacía oculto en la actualidad bajo las líneas muertas. Allí, donde los preconceptos desaparecen y se olvida el prejuicio, aparece una sonrisa.

Y como si se hubieran liberado de una gran carga, hablaron de la Madre del Mundo. Con afecto recordaron al cardenal italiano, que tenía el hábito de aconsejar a los veneradores:

"No agobiéis a Cristo el Salvador con vuestras peticiones, pues El está muy ocupado; mejor dirigid vuestras plegarias a la Santa Madre. Ella transmitirá vuestras plegarias a quien sea necesario."

Recordaron que un sacerdote católico, un hindú, un egipcio y un ruso una vez se dedicaron a investigar el origen del Signo de la Cruz y que cada uno buscó un significado que sirviera a su propósito, pero todos llegaron al mismo significado unificador.

Recordaron intentos que pasaron por la literatura, que tenían la intención de identificar las palabras "Cristo" y "Krishna", y nuevamente recordaron a Iosaf y a Buda. Y como en ese momento la mano benévola de la Madre del Mundo hizo a un lado todos los prejuicios, la conversación pudo desarrollarse en tonos pacíficos.

Y en lugar de llegar a una aguda contradicción, los defensores de Oriente y Occidente se volvieron hacia una reconstrucción creativa de imágenes.

Uno de los oradores recordó la historia de un discípulo de Ramakrishna que citó el gran respeto dado a la esposa de Ramaknshna a quien, de acuerdo con la costumbre hindú, llamaban Madre. Otro comparó el sieni-ficado de la palabra Madre con el concepto de "Materia matrix".

Las imágenes de la Madre del Mundo, de la Madonna la Madre Kali, la Benévola Dukhar, Ishtar Kwan-Yin Miriam, la Blanca Tara, Raj-Rajesvari, Niuka, todas estas grandes imágenes, todas estas Grandes Entidades, que se Sacrificaron, fluyeron juntas en la conversación como una Unidad benévola. Y cada una de ellas, en su propia lengua, pero comprensible para todos, pronunció que no debía haber división sino construcción. Todos pronunciaron que el día de la Madre del Mundo había llegado, cuando las Energías Supremas se aproximarían a nuestra Tierra, pero que a causa de la ira y la destrucción, estas energías, en lugar de la creación predestinada, podían resultar en catástrofes desastrosas.

En la sonrisa de la Unidad todo se volvía simple. La aureola de la Madonna, tan odiosa para los prejuiciosos, se convirtió en una radiación físico-científica: el aura, conocida hace mucho por la humanidad.

Los símbolos de hoy, que los racionalistas interpretan tan mal, de ser considerados sobrenaturales, de repente se volvieron accesibles para el investigador. Y en este milagro de simplicidad y comprensión, se volvió claro el hábito de la evolución de la Verdad.

Uno de los oradores dijo:

— "Aquí hablamos ahora de experimentos puramente físicos, ¿pero acaso no comenzamos con la Madre del Mundo?"

Entonces, el otro cogió del cajón de su escritorio un trozo de papel y lo leyó:

— "Un hindú de hoy, graduado en muchas universidades, se dirige de la siguiente manera a la Gran Madre, la Mismísima Raj-Rajesvari:"

Si no me equivoco, entonces, madre, Tú lo eres todo...

El anillo, el camino, la oscuridad, la luz, el vacío,

Y el hambre, la pena, la pobreza y el dolor...

Desde la aurora hasta el ocaso, desde la noche hasta la mañana y la vida

y la muerte, si existe...

Tú eres todas las cosas.

Si tú eres ellas, entonces el hambre, la pobreza y la riqueza son sólo

formas transitorias de Ti

No sufro ni disfruto

Pues Tú lo eres Todo, y con certeza soy Tú.

Si Tú eres El, manifiéstate a los mortales.

Luego pásame a través de Tu Luz hasta El, la Verdad.

La única Verdad, que conocemos con tanta debilidad en Ti.

Luego flagela este cuerpo mortal como lo desees.

O rodéalo de una comodidad de oro, rica y suave...

No lo sentiré, pues con Tu Luz sabré

Pues Tú eres El y Yo soy Tú...

La Verdad.

Y el tercero añadió:

— "Al mismo tiempo, en el otro extremo del mundo, las personas cantan:"

¡Glorifiquémoste, Madre de la Luz!

Y las viejas bibliotecas de China y los antiguos centros de Asia Central conservan, desde la antigüedad, muchos himnos a la misma Madre del Mundo.

A lo largo de todo Oriente y Occidente vive la imagen de la Madre del Mundo y se dedican salutaciones profundamente significativas a esta Elevada Entidad.

Los Grandes Rasgos del Rostro muchas veces están cubiertos y bajo los pliegues de este velo, resplandeciente con los cuadrados de la perfección, ¡puede que no se vea el Único Gran Aspecto Unificador, común a Todos Ellos!

¡Paz para el Mundo!

Talai-Pho-Brang, 1928.

domingo, 30 de octubre de 2011

Homenaje a Nicholas Roerich

Tres Llaves

por: Helena I. Roerich

Traducción Preliminar, No Revisada del Ruso,

Traducción Preliminar, No Revisada Del Español,

Noviembre, 1998

Dedicado a:

Los antiguos, los presentes y los futuros discípulos.

¡Mis queridos jóvenes amigos!

Estas tres grandes llaves no están almacenadas en otros planetas ni en otros mundos estelares, sino en nosotros mismos, pero al tomar posesión de ellas, adquiriréis algo que es posible comparar sólo a los mundos. ¿Sería razonable el rehusar estas llaves? Ciertamente que no. Por lo tanto, sin perder tiempo vayamos por ellas.

En el nombre de mi amor por vosotros, os recordaré los senderos que conducen hacia la maestría de estas llaves. Sus nombres son: AMOR, BELLEZA Y CONOCIMIENTO.

Recordad estos senderos, tomadlos y señaladlos a los demás.

En cada acto demostrad movilidad, amor y prudencia. Tratad de ser un sabio escultor en el trabajo con vosotros mismos y con los demás y tened cuidado de ser arcilla friable en las manos de una mala compañía.

Escoged buenos amigos y en el diálogo con ellos resaltad vuestras buenas cualidades; leed con ellos buenos libros, llegad a conclusiones y tratando de recordar todo lo mejor ponedlo en práctica en la vida.

Desarrollad en vosotros planes y métodos para la creación de una vida bella con voluntad y sensatez, llena de trabajo y armonía en las relaciones con el mundo exterior.

Estad conscientes que con cada mal pensamiento, palabra y acción estáis rompiendo los derechos sagrados con los cuales, al igual que cualquier otra creación, habéis sido generosamente premiados por la naturaleza.

Desarrollad en vosotros la firmeza y la perseverancia y no os entretengáis durante el trabajo. Si el trabajo es aburrido pero necesario, arreglaos para que con paciencia lo llevéis a su conclusión. Será más fácil de hacer si emprendéis cada tarea con alegría. No sois un muñeco o un juguete que mecánicamente realiza los movimientos, sino un hombre racional. Por lo tanto, estáis obligados a tratar cada trabajo con sabiduría, cuidado y con amor.

Tratad de purificad vuestro lenguaje de palabras vacías y sin sentido. Dejad que vuestro lenguaje sea claro, preciso y breve.

Abandonad el lugar lleno de habladurías vanas, de furor y odio, donde reina la pelea, el entretenimiento nocivo y la estupidez.

Si decidís descansar, aseguraos de dar a vuestra mente y cuerpo un entretenimiento agradable y libre cargas durante estos minutos de relajación.

No os apresuréis. Erradicad las mentiras. Sed honestos y afables. Desarrollad en vosotros un sentido de nobleza y en vuestra comunicación con la gente sed educados y sencillos. El sentimiento del temor también deberá ser ajeno a vosotros.

Mantened el equilibrio tanto en el placer como en el sufrimiento, en la alegría como en el dolor. Perdonad siempre y al odio responded con amor. Sólo así derrotareis la mala voluntad.

Vuestros pensamientos son vuestros hijos. A cada uno de ellos deberéis hacerlos bellos. Cada pensamiento deberá convertirse en una fuerza creadora dirigida hacia hacer el bien. Recordad siempre que el poder del pensamiento es muy grande. Preparaos para usarlo para beneficio del mundo.

Sed precisos en todo, veraces y certeros en vuestras acciones. De otra manera, no se os podrá confiar con un trabajo importante.

La vida deberá fluir a través de vosotros en todo su esplendor y fuerza completa. No permitáis que las cosas sin importancia debiliten vuestra perseverancia en el logro de vuestra meta.

La Vida y el Amor son una fuerza poderosa y la razón por la cual todo en el Universo existe. El Amor es la fuerza que rige al mundo: todo lo que se hace por él, tiene el poder de la ley universal. Sólo con el Amor a todo, podréis derrotar al mal. Traed el amor a donde quiera que vayáis. Pronto comprenderéis el como os ayudará en todos los caminos.

Sed puros y dejad que el amor emane de vosotros, como el aroma emana de la flor.

Haced la firme e inquebrantable decisión de convertiros en la expresión del amor y la voluntad de ayudar en todas partes cuando podáis. Dejad que vuestra vida sea un rayo de alegría para otros. Encontrad diamantes en vuestra alma para que los podáis poner en el tesoro del bien común.

Si tenéis más conocimiento que algunos de vuestros amigos, no os ceguéis por el orgullo de ello, no demostréis vuestra superioridad, pero compartid vuestro conocimiento si es apropiado en ese momento.

Recordad que cada minuto de vuestra vida tiene un propósito. Sed capaces de comprenderlo. Si tenéis dificultad al escoger un trabajo o profesión, consultad a vuestros superiores.

Estad atentos a los minutos vacíos. La pereza puede agarraros por causa de ellos. Horas y días pueden hacerse de minutos vacíos y la tarea del verdadero hombre es grande. La vida es ciertamente multifacética e interesante. De los minutos empleados con sensatez podréis tejer la verdadera y bella tela de vuestra alma.

Por lo tanto, tratad de llenar cada minuto de vuestra vida con trabajo, conocimiento o pensamientos puros.

Dejad que el trabajo incesante os traiga placer y dejad que el fuego de la creatividad inextinguible ilumine vuestro sendero.

Tratad de mantener siempre vuestros pensamientos en la pureza absoluta y pensad mucho en lo que podréis hacer para el mejoramiento de la vida de la gente y para la mitigación de sus sufrimientos.

La naturaleza está rebosante de regalos puros y sagrados y está buscando receptáculos. Dejad que vuestra alma sea resplandeciente y limpia como el cristal, para la aceptación de estos regalos. Convertíos en un rayo de luz, dejad al mundo de los sueños vanos y aplicad vuestra energía a la ascensión incesante hacia lo alto.

Dejad que vuestra alma irradie siempre luz y bienaventuranza, calor y compasión, dinamismo y deseo para ayudar al que está cerca. Entonces sentiréis como las tareas pesadas pierden su peso y las vestiduras pesarosas del sufrimiento se convierten en los velos blancos como la nieve del fulgurante gozo puro.

Sed cautos y condescendientes en vuestro juicio sobre la gente, ya que sois, más bien imperfectos. Pero sed estrictos con vosotros mismos y trabajad infatigablemente en la corrección de vuestros propios defectos.

Enfrentaréis muchas pruebas en la vida. Sólo a través de ellas adquiriréis

tesoros infinitos, pero estaréis preparados para superarlas con éxito, sólo si estáis armados con las amuniciones de la prudencia, la perseverancia y la fe en vosotros mismos.

Si el fracaso os sobreviniera, no perdáis el valor. El desaliento sólo debilitará vuestras fuerzas y disminuirá vuestro crecimiento interior. Es mejor movilizar vuestras fuerzas y pensar sobre cual será la mejor estrategia que podréis hallar para continuar la acción. De esta manera mejorará vuestra tenacidad y se multiplicarán vuestros poderes.

Transformad cada fracaso y experiencia amarga en la más valiosa lección que os servirá como una guía en el futuro.

Cada obstáculo en vuestro camino os dirá lo que es necesario desarrollar para apertrecharos de amuniciones para continuar la lucha.

Pero en la batalla deberéis siempre recordar el bienestar de aquellos que están cerca. Tened cuidado de comprar vuestro propio bienestar a costa del sufrimiento de estos cercanos. Semejante bienestar es cruel e inestable.

Sed capaces de consumir vuestra energía cuidadosamente y con sensatez en cualquier trabajo. Arreglaos para tener un cuerpo fuerte, vigoroso y robusto. No lo carguéis con comida en cantidades más grandes de lo que es necesario para una nutrición normal, ni lo carguéis con nada que obviamente sea dañino para vuestra salud. Estudiad las leyes no sólo espirituales sino también las del crecimiento físico correcto. Vuestro cuerpo es una herramienta inmediata que trataréis sabiamente. A través de semejante manejo, vosotros portareis de manera más duradera, el más precioso receptáculo de fuerzas naturales y de salud, a través de las tormentas diarias y por los caminos de incasable trabajo.

Pero este receptáculo es dado a todo cuanto existe. Por lo tanto, sed igual de sensibles a la salud de las personas, animales, pájaros y aún de las plantas. Por ejemplo, las plantas recogen la luz y el calor del sol de la misma forma que vosotros lo hacéis . Las flores al igual que vosotros morirían si fuesen privadas de ellos. Significa de que sois hermanos, pero vosotros sois mayores, más fuertes y más inteligentes. Por lo tanto, uno debe siempre rendir ayuda adecuada al más débil y poner más atención. Estáis dotados con mayor fuerza y sabiduría que muchos ubicados bajo vosotros, por lo tanto, deberíais siempre proteger a los indefensos y a los desamparados ya sean estos gentes, animales, plantas etc.

Un dicho dice así:" Mientras más obscura es la noche, más brillantes son las estrellas" y así, seréis los portadores de la luz, el amor y el conocimiento en la obscuridad humana y la lucha terrenal. Mientras más luz tengáis mas obscuridad dispersaréis.

Desarrollad en vosotros la mayor sensibilidad y amor posible a la naturaleza que os rodea y escuchareis sus voces imparables cantando un himno loable al sol dador de vida. Amad el cielo estrellado y penetrad sus profundidades. En la calma de la noche tornad vuestros ojos hacia las estrellas rutilantes, a los mundos desconocidos donde también todo está vivo, donde todo está lleno de poderosa belleza y luz magnificente… Pero desde otros mundos nuestra Tierra también parece como un asterisco. Por lo tanto, ella también esta llena de mucha belleza y grandeza. Dejad que vuestra alma sea una cuna espaciosa capaz de abarcar esta belleza y grandeza. Dejad que vuestra alma sea un espejo capaz de reflejar la generosidad y las muchas caras del genio creador de la naturaleza.

Abrid más ampliamente vuestra percepción de la belleza a través del arte. Amad la música y la pintura. Fijaos más profundamente en el juego de colores. Afinad vuestra percepción de los sonidos. Mostrad más interés por todo, encarnando el genio de los creadores de la belleza. Al escoger por vosotros mismos una profesión, no seáis unilaterales ni estrechos de mente. Cuando sea posible, tomad interés en todo lo que pueda enriquecer vuestra perspectiva.

Regozijaos ante todo lo que sea una expresión de la belleza. Regozijaos ante los últimos rayos de la puesta del sol. Regozijaos ante los primeros rayos del sol en el amanecer. Regozijaos - y la luz del sol será más brillante para vuestra alma, y los mundos distantes estarán más cercanos.

Sed como el sol, que generosamente se derrama a si mismo en luz y dinamismo. Mirad cuantos caminos a los grandes manantiales esperan por sus viajeros. Pero para ir por ellos, es necesario ir siempre adelante y la vida misma es movimiento. Hacia adelante o hacia atrás. Os movéis con cada pensamiento, paso, acción. Si ellos son dirigidos hacia el Bien, iréis invariablemente hacia adelante., pero tened cuidado de no dar pasos hacia atrás.

Es necesario alcanzar la cima de la montaña, ¡pero que difícil es la subida y que fácil es rodar hacia abajo!. ¿Es lo último razonable? Pensad en la felicidad infinita que es, el tomar posesión de la cima y la de mostrarles a otros el camino. ¡Que mucho de lo desconocido veréis desde allí!, ¡que grandes e inmensos horizontes aparecerán ante vuestros asombrados ojos!. ¡Comprenderéis entonces todo el valor del camino recorrido! Recibiréis lo que persistentemente buscasteis por vosotros mismos, a pesar de las privaciones y las dificultades resultantes.

Y así siempre, con cada minuto de vuestra vida ascended más y más alto. Recordad que durante las ascensiones difíciles se os ofrecerá una mano en ayuda.

Y mientras más grande sea vuestra ayuda a la gente, más majestuosa y amplia será vuestra mente y vuestra alma y más fácil será para vosotros las ascensiones difíciles

Por lo tanto, erradicad de vosotros el sentimiento de egoísmo. No seáis un deudor de la naturaleza. Ella os ha premiado con grandes regalos. Ella ha plantado en vosotros grandes semillas. Ella está esperando - ¿Multiplicaréis sus tesoros? ¿Los compartiréis con los demás?

Tratad de escuchar las voces de todo cuanto existe. De esa manera comprenderéis sus aspectos específicos. Habiendo comprendido - enamoraos con un amor que abarque todo lo que existe. Adquirid un más y profundo conocimiento. Desarrollad en vosotros la apreciación de la armonía y la belleza cuanto os sea posible. Con amor, conocimiento y belleza id a la gente. Unidlos . Construid con ellos la vida, llena de luz, vigor, trabajo incansable y alegría. En esta gran intento creativo, adquiriréis nuevas fuentes inacabables de poder y conocimiento y al aspirar aprender los secretos escondidos de la naturaleza en nombre del Bien Común, estaréis así, pagando vuestra deuda.

Siguiendo este sendero, adquiriréis las tres grandes llaves de la BELLEZA, el AMOR y el CONOCIMIENTO. Con ellos abriréis las puertas que llevan a las fuentes luminosas de la verdad divina.

Sed capaces de tomar posesión de estas llaves.



















She Who Leads by Nicholas Roerich. 1924.

domingo, 16 de octubre de 2011

SHAMBHALA, LA RESPLANDECIENTE

SHAMBHALA,
LA RESPLANDECIENTE

Nicolás K. Roerich

- ¡Lama, háblame de Shambhala!

- «Pero vosotros, los occidentales, no sabéis nada de Shambhala, no deseáis saber nada. Probablemente preguntáis sólo por curiosidad; y pronunciáis esta palabra sagrada en vano».

- Lama, no pregunto acerca de Shambhala sin un objetivo. En todas partes, las personas conocen este gran símbolo bajo nombres diferentes. Nuestros científicos buscan el menor indicio de este notable reino. Csoma de Koros sabía algo sobre Shambhala cuando realizó su prolongada visita a los monasterios budistas. Grunwedel tradujo el libro del famoso Tashi Lama, Pal-den ye-she, referido a La Ruta a Shambhala. Sentimos que se oculta una Gran Verdad bajo símbolos secretos. Verdaderamente, el ardiente científico desea saber todo acerca de la Kalachakra.

- «¿Cómo puede ser ello, cuando algunos de vuestros occidentales profanan nuestros templos? Fuman dentro de nuestros sagrados santuarios; no comprenden ni desean venerar nuestra fe y nuestras Enseñanzas. Se mofan y se burlan de los símbolos cuyo significado no penetran. Si nosotros visitáramos vuestros templos, nuestra conducta sería completamente diferente, porque vuestro gran Bodhisattva, Issa, es en verdad eminente. Y ninguno de nosotros difamaría las Enseñanzas de misericordia y justicia».

- Lama, sólo los muy ignorantes y estúpidos ridiculizarían vuestras Enseñanzas. Todas las Enseñanzas de justicia están como en un sitio sagrado. Y nadie que esté en su sano juicio violará los lugares sagrados. Lama, ¿por qué crees que la Enseñanza esencial del Santo es desconocida en Occidente? ¿Por qué crees que en Occidente no sabemos nada sobre Shambhala?

Lama, sobre mi mismísima mesa puedes ver la Kalachakra, la Enseñanza que trajo el Gran Athisa de la India. Sé que si un espíritu elevado, ya preparado, oye una voz que exclama Kalagiya es el llamado a Shambhala. Sabemos que Tashi Lama visitó Shambahala. Conocemos el libro del Sumo Sacerdote, T'aishan: El sendero rojo hacia Shambhala. Hasta conocemos la canción mongol acerca de Shambhala. Quién sabe, quizás incluso conozcamos muchas cosas nuevas para ti. Sabemos que hace muy poco un joven lama mongol escribió un nuevo libro centrado sobre Shambhala.

El Lama nos estudia con su mirada penetrante. Luego dice:

- «La gran Shambhala está mucho más allá del océano. Es el poderoso dominio celestial. No tiene nada que ver con nuestra tierra. ¿Cómo y por qué vosotros, las personas de la tierra, os interesáis en ella? Sólo en algunos sitios, en el Lejano Norte, podéis discernir los resplandecientes rayos de Shambhala».

- Lama, conocemos la grandeza de Shambhala. Conocemos la realidad de este Reino indescriptible. Pero también sabemos algo de la realidad de la Shambhala terrenal. Sabemos cómo unos altos y pocos lamas fueron a Shambhala, cómo en la ruta vieron las cosas físicas habituales. Conocemos las historias del lama buriato, de cómo fue acompañado a través una galería secreta muy estrecha. Sabemos que otro visitante vio una caravana de habitantes de las montañas con sal de los lagos, en las fronteras de Shambhala. Es más, nosotros mismos hemos visto uno de los tres fuertes fronterizos de Shambhala. De modo que no me hables sólo de la Celestial Shambhala, sino también de la que está en la tierra, pues sabes tan bien como yo que en la tierra Shambhala está conectada con la Celestial. Y en este vínculo están unidos los dos Mundos.

El Lama se queda callado. Con los ojos medio ocultos por los párpados, examina nuestros rostros. Y en el ocaso de la tarde comienza su relato:

- «Realmente, está llegando el momento en que la Enseñanza del Santo una vez más llegará al Sur desde el Norte. La palabra de la Verdad, que comenzó su gran sendero desde Bodhigaya, regresará nuevamente a los mismos sitios. Simplemente debemos aceptarlo como es: el hecho de que la verdadera Enseñanza abandonará el Tíbet y aparecerá otra vez en el Sur. Y en todos los países se manifestarán las alianzas de Buda. En realidad, grandes cosas están llegando. Venís de Occidente, sin embargo traéis noticias de Shambhala. Debemos tomarlo muy en serio. Es probable que el rayo de la torre de Rigden Gyeppo haya llegado a todos los países.

La Luz de la Torre de Shambhala resplandece como un diamante. El está allí, Rigden Gyeppo, infatigable, siempre vigilante de la causa de la humanidad. Sus ojos nunca se cierran y en su espejo mágico ve todos los acontecimientos de la tierra. El poder de su pensamiento penetra los sitios más apartados. La distancia no existe para El; instantáneamente puede brindar ayuda a quienes sean dignos de ella. Su poderosa Luz puede destruir cualquier oscuridad. Sus inconmensurables riquezas están listas para ayudar a todo aquel que esté necesitado y se ofrezca a servir a la causa de la justicia. Hasta puede cambiar el Karma de los seres humanos…»

- Lama, me parece que hablas de Maitreya, ¿no es así?

- «¡No debemos pronunciar este misterio! Hay mucho que no puede ser revelado. Hay mucho que no puede ser cristalizado en sonido. Con el sonido revelamos nuestros pensamientos. Con el sonido proyectamos nuestro pensamiento en el espacio y el resultado puede ser el mayor de los daños. Porque todo lo que se divulga antes del momento destinado desencadena un daño incalculable. Hasta pueden provocarse las mayores catástrofes con estos actos tan atolondrados. Si Rigden Gyeppo y el Santo Maitreya son uno y el mismo para ti, que así sea. ¡Yo no lo he dicho!

Incontables son los habitantes de Shambhala. Numerosas son las espléndidas fuerzas nuevas y logros que de allí se están preparando para la humanidad…»

- Lama, el Vedânta nos dice que muy pronto serán entregadas a la humanidad nuevas energías. ¿Es verdad?

- «Innumerables son las grandes cosas predestinadas y preparadas. A través de las Sagradas Escrituras sabemos de la Enseñanza del Santo sobre los habitantes de las estrellas distantes. De la misma fuente hemos oído del pájaro de acero volador…, de serpientes de hierro que devoran el espacio con fuego y humo. Tathagata, el Santo, predijo todo para el futuro. Sabía que los ayudantes de Ridgen Gyeppo se reencarnarían a su debido tiempo; que el ejército sagrado limpiaría Lhasa de todos sus atroces enemigos; y que se establecería el Reino de la justicia».

- Lama, si los grandes guerreros se encarnan, ¿acaso las actividades de Shambhala no tendrán lugar aquí, en nuestra tierra?

- «En todas partes, aquí y en el Cielo. Todas las fuerzas benévolas se unirán para destruir la oscuridad. Todo el que preste ayuda en esta Gran Tarea será recompensado cien veces y en esta mismísima tierra, en esta encarnación. Todos los pecadores contra Shambhala perecerán en esta encarnación porque han agotado la misericordia».

- Lama, tú conoces la verdad. Dime entonces por qué hay tantos sacerdotes indignos.

- «Ciertamente, ésta no es una excusa, pero si la Enseñanza debe desplazarse hacia el Sur, entonces, no es sorprendente que muchos lamas sabios hayan abandonado el Tíbet. En Occidente, ¿saben que Pan-chen-rinpoche (el Lama Tashi) está conectado con Shambhala?»

- Lama, sabemos, por supuesto, que Pan-chen-rinpoche es muy estimado en todas partes. En diferentes países, no sólo entre los budistas, sino entre los pueblos de muchas naciones, hemos notado hasta qué punto favorable hablan de Su Santidad. Se dice incluso que en Sus habitaciones privadas, mucho antes de Su partida, se habían trazado en los frescos los detalles de sus futuros viajes. Y en esto sabemos que Pan-chen-rinpoche sigue las costumbres de todos los Grandes Lamas. Nos han dicho cómo durante su vuelo El y Sus seguidores escaparon a muchos de los más grandes peligros.

Conocemos que en una época sus perseguidores de Lhasa ya estaban sobre El, cuando una gran nevada les bloqueó el camino. Otro día, Pan-chen-rinpoche llegó a un lago en las montañas; se vio ante un difícil problema. Sus enemigos estaban muy cerca de El, pero para escapar, le sería necesario dar un gran rodeo por el lago. De modo que Pan-chen-rinpoche se sentó a meditar profundamente durante algún tiempo. Cuando se levantó, dio órdenes de que, a pesar del peligro, toda la caravana debería pasar la noche a orillas del lago. Entonces sucedió lo inusual: durante la noche hubo una gran helada que cubrió el lago de hielo y nieve. Antes de alba, cuando aún estaba oscuro, el Lama Tashi dio órdenes a su gente de moverse deprisa y El y Sus trescientos seguidores cruzaron el lago sobre el hielo por la ruta más corta, escapando de esta manera del peligro. Cuando los enemigos llegaron al mismo sitio, el sol ya estaba alto y sus rayos habían derretido el hielo. Sólo les quedaba rodear el lago. ¿No fue así?

- «Verdaderamente, así fue. Pan-chen-rinpoche recibió ayuda de la Sagrada Shambhala a lo largo de Sus viajes. Vio muchos signos maravillosos cuando cruzó las tierras altas hacia el Norte».

- Lama, no lejos de Ulan-Davan vimos un enorme buitre negro que volaba bajo, cerca de nuestro campamento. Cruzó en dirección a algo resplandeciente y bello, que volaba hacia el sur sobre nuestro campamento y que brillaba bajo los rayos del sol.

Los ojos del Lama parecían echar chispas. Con ansiedad, preguntó:

- «¿También olisteis los perfumes de los inciensos de los templos en el desierto?»

- Tienes toda la razón, Lama, en el desierto pedregoso, a varios días de cualquier sitio habitado, muchos de nosotros fuimos a la vez conscientes de un exquisito vestigio de perfume. Ello sucedió varias veces. Nunca olimos un perfume tan delicioso. Me recordó a un cierto incienso que un amigo mío me dio una vez en la India. De dónde lo obtuvo, no lo sé.

- «Ah, estáis protegidos por Shambhala. El enorme buitre negro es vuestro enemigo, que está ansioso por destruir vuestro trabajo, pero la fuerza protectora de Shambhala os sigue en esta forma Radiante de la Materia. Esta fuerza siempre está cerca de vosotros, pero no siempre podéis percibirla. Sólo en ocasiones se manifiesta para fortaleceros y dirigiros. ¿Habéis notado la dirección en que se movía esta esfera? Debéis seguir la misma dirección. Me habéis mencionado la llamada sagrada: ¡Kalagiya! Cuando alguien oye este llamamiento imperativo, debe saber que la ruta hacia Shambhala está abierta para él. Debe recordar el año en que fue llamado, pues desde ese momento y para siempre el Santo Rigden Gyeppo le ayudará en todo. Sólo debéis saber y daros cuenta de la forma en que las personas reciben ayuda, pues muchas veces ellas rechazan la ayuda que les es enviada».

- Lama, dime cómo Shambhala ayuda a las personas simples. Tenemos noticia de los adeptos y de los ayudantes encarnados de Shambhala. Pero, ¿de qué manera se manifiesta el poder de Shambhala entre los humildes?

- «De maneras indecibles y múltiples. Cada uno que en encarnaciones pasadas siguió las Enseñanzas de justicia y fue útil para la Causa Común, recibe ayuda de esta Causa Común. No hace muchos años, durante la guerra y la inquietud, un hombre preguntó a un lama si debía cambiar de vivienda. El lama le respondió que podía quedarse en el mismo sitio durante seis meses más, pero que después estaría en grave peligro y que entonces debería huir sin tardanza. Durante los seis meses que siguieron, el hombre tuvo mucho éxito en su trabajo; todo estaba en paz y sus posesiones se multiplicaron. Cuando los seis meses llegaron a su fin, pensó: «Por qué habría de arriesgar mi propiedad abandonando este sitio tranquilo? Todo me parece tan próspero y no existe ningún peligro aparente. Es probable que el lama se haya equivocado».

Pero el fluido Cósmico no se detuvo. Y el peligro predestinado surgió de repente. Las tropas de los enemigos se acercaron al lugar a toda velocidad desde ambas direcciones. Entonces, el hombre se dio cuenta de que ahora no podía huir. Se dirigió apresuradamente a ver al mismo lama y le contó lo que le había sucedido.

El lama le dijo que por ciertas razones era necesario que se salvara; pero ahora es más difícil ayudarte — añadió. — Perdiste la mejor oportunidad, aunque todavía puedo hacer algo por ti. Mañana, reúne a tu familia y dirígete con ella hacia el Norte. En el camino te encontrarás con tus enemigos. Es inevitable. Cuando los veas avanzar, apártate del camino y permanece en silencio. Aunque se te aproximen, aunque te hablen, quédate callado e inmóvil hasta que hayan pasado.

Y así sucedió. El hombre, con su familia y sus pertenencias, partió al alba. De repente, al final de la mañana, distinguieron las figuras de un grupo armado que se acercaba a toda prisa. Se apartaron del camino y permanecieron en silencio, tensos.

Los salteadores pronto se aproximaron y el hombre oyó gritar a uno de ellos: — «Aquí están. Veo personas aquí. Probablemente hay un buen botín para nosotros».

Otro le respondió riendo: — «Amigo, seguramente has dormido mal anoche, puesto que no puedes diferenciar piedras de seres humanos. ¡Están muy cerca de nosotros y dices que no son piedras!»

El primero insistió: — «¡Pero si hasta veo un caballo!» El otro rió: — «No creo que llegues lejos en un caballo tan pétreo. ¿Crees que un caballo, que nota la presencia de los nuestros, permanecería inmóvil?»

Todos se echaron a reír de buena gana y, burlándose del error del primero, pasaron muy cerca del inmóvil grupo. Luego desaparecieron en la neblina. Así, aun en la situación más difícil, aquel hombre se salvó. Porque había sido útil a Shambhala simplemente una vez.

Shambhala lo sabe todo. Pero los secretos de Shambhala están bien protegidos».

- Lama, ¿cómo están protegidos los secretos de Shambhala? Se dice que muchos servidores de Shambhala, muchos emisarios, están en todo el mundo. ¿Cómo pueden conservar los secretos que se les confiaron?

- «Los Grandes Guardianes de los misterios observan de cerca a todos aquellos a quienes les confiaron Su labor y les encomendaron grandes misiones. Si se les presenta un mal inesperado, reciben ayuda de inmediato. Y el tesoro confiado será protegido. Hace unos cuarenta años, un gran secreto fue confiado a un hombre que vivía en el Gran Desierto mongol de Gobi. Se le dijo que podía usar este secreto con un propósito en especial, pero que, cuando sintiera que se acercaba el momento de abandonar este mundo, debería encontrar a alguien digno a quien confiar este tesoro. Pasaron muchos años. Finalmente, este hombre cayó enfermo, y durante su enfermedad se le acercó una fuerza maligna, y se quedó inconsciente. En este estado, por supuesto, no podía encontrar a nadie digno de recibir la confianza de su tesoro. Pero los Grandes Guardianes están siempre vigilantes y alertas. Uno de ellos del Alto Ashram se apresuró a través del poderoso Gobi. Estuvo más de sesenta horas sobre la montura sin descansar. Llegó ante el hombre enfermo a tiempo para revivirlo y, si bien fue por poco tiempo, le permitió encontrar a alguien a quien transmitir el mensaje. Quizás os preguntéis por qué el Guardián no se llevó el Tesoro con él, y por qué la misma sucesión debió tener lugar. Porque el gran Karma tiene sus propios procedimientos y hasta los más Grandes Guardianes de misterios a veces no desean tocar los hilos del Karma. Pues cada uno de sus hilos, caso de romperse, produce como resultado la mayor de las calamidades».

- Lama, en Turfan y en Turkestán nos enseñaron cuevas con extensas galerías sin explorar. ¿Podemos llegar a los Ashrams de Shambhala a través de estas rutas? Nos dijeron que en algunas ocasiones, personas extrañas salían de estas cuevas y se dirigían a las ciudades. Deseaban pagar con monedas extrañas y antiguas que ya están fuera de uso.

- «Es verdad, es verdad; los habitantes de Shambhala a veces emergen a este mundo. Se encuentran con los servidores terrenales de Shambhala. Por el bien de la humanidad, envían regalos preciosos, notables reliquias. Puedo contaros muchas historias de los maravillosos regalos que se recibieron a través del espacio. Hasta el mismísimo Rigden Gyeppo aparece en ocasiones en cuerpo humano. De repente, se muestra en sitios sagrados, en monasterios, y en un momento predestinado pronuncia sus Profecías.

De noche o por la mañana temprano, antes del alba, el Soberano del Mundo llega al Templo. Entra. Todas las luces se encienden solas al mismo tiempo. Algunos ya reconocen al Gran Forastero. Los lamas se reúnen con gran reverencia. Escuchan con la mayor atención las Profecías del futuro.

Se aproxima una Gran Época. El Soberano del Mundo está listo para luchar. Muchas cosas se están manifestando. El Fuego Cósmico se está acercando nuevamente a la tierra. Los planetas están manifestando los nuevos tiempos. Pero habrá muchos cataclismos antes de la nueva era de prosperidad. Nuevamente la humanidad será puesta a prueba, para ver si el espíritu ha progresado lo suficiente. El fuego subterráneo ahora busca encontrar contacto con el ardiente elemento Akasha; si todas las fuerzas buenas no combinan su poder, los mayores cataclismos son inevitables. Se relata cómo el santo Rigden Gyeppo se manifiesta para dar órdenes a sus mensajeros; cómo en la roca negra, camino a Ladak, aparece el poderoso Soberano. Y de todas las direcciones, los jinetes mensajeros se aproximan con gran reverencia para escucharlo, y a toda velocidad se apresuran a cumplir lo que ordena la gran sabiduría».

- Lama, ¿cómo es que los viajeros aún no han descubierto la Shambhala terrenal? En los mapas puedes ver muchas rutas de expediciones. Al parecer ya están marcadas todas las cumbres y se han explorado todos los valles y los ríos.

- «Es verdad, hay mucho oro en la tierra y muchos diamantes y rubíes en las montañas y ¡todos están tan ansiosos por poseerlos! ¡Y tantas personas tratan de encontrarlos! Pero hasta el momento, estas personas no han encontrado todas las cosas, de modo que ¡dejad que un hombre intente llegar a Shambhala sin haber sido llamado! Habéis oído hablar de los arroyos envenenados que rodean las tierras altas. Quizás hasta habéis visto personas morir a causa de estos gases cuando se les acercan. Quizás habéis visto cómo los animales y las personas comienzan a estremecerse cuando se aproximan a ciertas regiones. Muchos tratan de llegar a Shambhala sin ser llamados. Pero sólo unos pocos alcanzan el punto Sagrado, y sólo si su Karma está listo».

- Lama, hablas de un sitio Sagrado sobre la tierra. ¿Existe allí una vegetación rica? Las montañas parecen yermas y los huracanes y heladas que todo lo devastan parecen, en general, severos.

- «En medio de las altas montañas existen insospechados valles encerrados. Muchos manantiales cálidos nutren la rica vegetación. Muchas plantas raras y hierbas medicinales pueden florecer en este terreno volcánico inusual. Quizás habéis oído que a sólo dos días de Nagchu, donde no hay un árbol o planta a la vista, hay un valle con árboles y hierba y agua cálida. ¿Pero quién puede conocer los laberintos de estas montañas? Sobre las superficies pedregosas es posible distinguir las huellas humanas. No se puede comprender el pensamiento de la gente, y aquel que puede, permanece en silencio. Quizás os habéis encontrado con numerosos viajeros durante vuestros peregrinajes, forasteros vestidos con simpleza, que caminan en silencio a través del desierto, haga calor o frío, hacia sus metas desconocidas. No creáis que porque el atuendo es simple el forastero es insignificante. Si sus ojos están medio cerrados, no presumáis que su mirada no es aguda. Es imposible discernir desde qué dirección se aproxima el poder. Todas las advertencias son inútiles, todas las profecías son inútiles, pero sólo a través del único Camino de Shambhala se puede obtener el logro. Dirigiéndote tú mismo directamente al Santo Rigden Gyeppo tendrás éxito».

- Lama, dijiste que los enemigos de Shambhala perecerían. ¿Cómo perecerán?

- «Es cierto, perecen a su debido tiempo. Sus propias ambiciones atroces los destruyen. Rigden Gyeppo es misericordioso. Pero los pecadores son agresores de sí mismos. ¿Quién puede decir cuándo se entrega el premio merecido? ¿Quién puede discernir cuándo verdaderamente se necesita ayuda? ¿Y cuál será la naturaleza de esa ayuda? Son necesarias muchas catástrofes, y tienen sus propósitos. Sólo cuando nuestra limitada inteligencia humana se convence de que todo se destruye, de que toda esperanza perece, entonces la mano creadora del Soberano proyecta Su poderoso rayo.

¿Cómo son aniquilados los pecadores? Un lama pintor tenía el elevado don de pintar con incomparable belleza las imágenes sagradas. Pintaba soberbiamente las Imágenes de Rigden Gyeppo, la del Santo Buda y de Dukhar, la que Todo lo Ve. Pero otro pintor sintió celos, y en su ira decidió hacer daño al justo. Y cuando comenzó a calumniar al lama pintor, su casa comenzó a arder por alguna causa desconocida. Todas sus posesiones fueron destruidas y las tierras del calumniador se quemaron gravemente, tanto que durante mucho tiempo fue incapaz de trabajarlas.

Otro calumniador amenazó con destruir todos los trabajos de un hombre honesto. Y él mismo se ahogó al poco tiempo, mientras atravesaba el Tsampo. Otro hombre, que llevaba a cabo magníficas obras de caridad, fue atacado por alguien que buscaba destruir todas las posesiones que habían sido dedicadas a la causa de la humanidad. Pero nuevamente el rayo poderoso de Rigden Gyeppo alcanzó al agresor y en un día su riqueza desapareció y se convirtió en un mendigo. Quizá lo hayáis visto alguna vez, mendigando en el bazar de Lhasa.

En cada ciudad podéis oír cómo fueron castigadas aquellas criaturas indignas que dirigieron su veneno contra los dignos. Sólo a través del Sendero hacia Shambhala podéis caminar a salvo. Cada desvío de este Camino de gloria os enredará en los más grandes peligros. Todo sobre la tierra puede buscarse y repartirse. El Bendito no ordena fe ni un culto ciego, sino el conocimiento de la experiencia».

- Así es, Lama. También puedo decirte cómo uno cerca de nosotros se convirtió en un hermano de Shambhala. Sabemos cómo llegó a la India en una misión científica, cómo se perdió repentinamente de la caravana y cómo, mucho después, un mensaje inesperado reveló la noticia de que estaba en Shambhala.

También puedo decirte cómo, del distante Altai, muchos Antiguos Creyentes fueron a buscar las llamadas «Belavodye» (aguas blancas) y nunca regresaron. He oído los nombres de las montañas, ríos y lagos que existen en la vía hacia los lugares sagrados. Son secretos; algunos de los nombres están alterados, pero se puede discernir su verdad fundamental.

Puedo decirte cómo un digno estudiante de esta Elevada Enseñanza partió para llegar a Shambhala antes del momento que se le había ordenado. Era un espíritu puro y sincero, pero su Karma no se había agotado y su labor terrenal aún no estaba completa. Era pronto para él y uno de los Grandes Maestros se lo encontró a caballo en las montañas y personalmente habló a este viajero aspirante. Misericordiosa y compasivamente le envió de regreso para que completara sus tareas sin terminar. Puedo hablarte de Ashrams más allá de Shigatse. Puedo decirte cómo los Hermanos de Shambhala aparecieron en diversas ciudades y cómo impidieron las mayores calamidades humanas, cuando la humanidad los comprendió como corresponde… Lama, ¿has conocido Azaras y Kuthumpas?

- «Si tienes conocimiento de tantos incidentes, debes tener éxito en tu trabajo. Saber tanto acerca de Shambhala es en sí un arroyo de purificación. Mucha de nuestra gente durante su vida ha encontrado Azaras y Kuthumpas y a los hombres de las nieves que los sirven. Sólo hace poco los Azaras han dejado de verse en las ciudades. Se han reunido todos en las montañas. Muy altos, con pelo largo y barba, parecen hindúes a simple vista. Una vez, cuando caminaba a lo largo del Brahmaputra, vi un Azara. Intenté alcanzarlo, pero rápidamente dio la vuelta más allá de las rocas y desapareció. Sin embargo, no encontré ninguna cueva o caverna allí, todo lo que vi fue un pequeño Stupa. Probablemente no quería que lo molestaran.

Ya no se ven Kuthumpas. Antes aparecían abiertamente en la región de Tsang y en el lago Manasarowar, cuando los peregrinos iban al sagrado Kailash. Incluso hasta los hombres de las nieves se ven muy rara vez. La persona ordinaria, en su ignorancia, los confunde con apariciones. Existen profundas razones por las que, precisamente ahora, los Grandes no aparecen como antes. Mi viejo maestro me contó gran parte de la sabiduría de los Azaras. Conocemos varios lugares donde estos Grandes vivieron, pero por el momento estos lugares están desiertos. ¡Qué gran razón, qué gran secreto!»

- Lama, ¿entonces es verdad que los Ashrams han sido trasladados de las cercanías de Shigatse?

- «Este misterio no debe pronunciarse. Ya dije que los Azaras ya no se encuentran en Tsang».

- Lama, ¿por qué vuestros sacerdotes dicen que Shambhala está mucho más allá del océano, cuando la Shambhala terrenal está mucho más cerca? Csoma de Koros incluso menciona, justificadamente, el sitio: el maravilloso valle en la montaña, donde se llevó a cabo la iniciación de Buda.

- «He oído que Csoma de Koros cosechó desgracias en vida. Y Grunwedel, a quien mencionaste, se volvió loco; porque ambos tocaron el gran nombre de Shambhala por curiosidad, sin darse cuenta de su prodigiosa importancia. Es peligroso jugar con fuego, y sin embargo, el fuego puede ser una de las cosas más útiles para la humanidad. Probablemente habéis oído cómo ciertos viajeros intentaron penetrar en el territorio prohibido y cómo los guías se negaron a seguirle, diciéndoles: — «Es mejor que nos matéis». Hasta estas personas simples comprendían que asuntos tan elevados sólo podían tocarse con el mayor de los respetos.

¡No ultrajéis las leyes! Esperad en ardiente labor hasta que el mensajero de Shambhala llegue a vosotros, merecidamente. Esperad hasta que El de voz poderosa pronuncie: «Kalagiya». Entonces, podéis proceder sin cuidado e interpretar este asunto majestuoso. La curiosidad vana puede transformarse en un aprendizaje sincero, en una aplicación de los Elevados principios de la vida cotidiana».

- Lama, tú eres un vagabundo. ¿Dónde volveré a encontrarte?

- «Te ruego que no preguntes mi nombre. Es más, si me encuentras en alguna ciudad o en otro sitio habitado, no me reconozcas. Yo me acercaré a ti».

- Y si yo me acercara a ti, ¿simplemente te irías o me hipnotizarías de alguna manera?

- «No me obligues a utilizar estas fuerzas naturales. Entre algunas Sectas Rojas, está permitido aplicar ciertos poderes. Pero sólo podemos emplearlos en casos excepcionales. No debemos quebrantar las leyes de la naturaleza. La Enseñanza esencial de nuestro Santo nos pide que seamos cuidadosos al revelar nuestras posibilidades interiores».

- Lama, dime más, dime si has visto en persona a Rigden Gyeppo.

- «No, aún no he visto al Soberano en carne y hueso. Pero he oído Su Voz. Y durante el invierno, cuando la nieve cubría las montañas, una rosa, una flor del lejano valle, fue Su regalo para mí. Me preguntas tanto, que puedo ver que tienes conocimientos sobre muchas cosas. ¿Qué harías si comenzara a examinarte?»

- Guardaría silencio, Lama.

El Lama sonrió.

- «Entonces, sabes mucho. Quizás hasta sepas cómo usar las fuerzas de la naturaleza y cómo en Occidente durante estos últimos años, se presenciaron muchos signos, en especial durante la guerra que tú, o uno de vosotros, comenzó».

- Lama, con certeza esta matanza sin precedentes de seres humanos debe de haber precipitado un inesperado flujo de reencarnaciones. Tantas personas murieron antes de la hora predestinada y a través de tales incidentes, tanto se distorsionó y trastornó…

- «Probablemente no conocíais las Profecías por las que estas calamidades fueron predichas hace mucho. De haberlas conocido, nunca podríais haber comenzado este horrible holocausto.

Si sabes algo sobre Shambhala, si sabes cómo utilizar tus fuerzas naturales escondidas, también sabes acerca de Namig, las Cartas Celestiales. Y sabrás cómo aceptar las Profecías del futuro».

- Lama, hemos oído que todos los viajes del Tashi Lama y del Dalai Lama fueron predichos en las Profecías mucho antes de que ocurrieran.

- «Repito que en las habitaciones privadas del Tashi Lama, por orden suya, se pintaron todos los acontecimientos de sus futuros viajes. Con frecuencia, forasteros desconocidos pronuncian estas profecías, y se pueden ver y oír signos evidentes de los acontecimientos cercanos.

Sabed que cerca de la entrada del gran templo de Geser Khan hay dos caballos, uno blanco y uno rojo. Y cuando Geser Khan se aproxima, esos caballos relinchan. ¿Habéis oído que recientemente ocurrió este signo, y muchas personas oyeron el relincho de los caballos sagrados?»

- Lama, has mencionado el tercer gran nombre de Asia…

- «Misterio, misterio, no debes hablar demasiado. En algún momento hablaremos a un gran sabio: Geshe de Moruling. Este monasterio fue fundado por nuestro Dalai Lama el Grande, y el sonido del Gran Nombre es parte del nombre del monasterio. Se dice que antes de abandonar Lhasa para siempre, el Gran Dalai Lama tuvo una misteriosa comunión en este monasterio. Es verdad, varios lamas desaparecieron de este monasterio para realizar grandes tareas nuevas.

Allí podrías encontrar algo familiar para ti».

- Lama, ¿puedes decirme algo acerca de los tres monasterios más grandes cerca de Lhasa: Sera, Ganden y Depung?

El Lama sonrió.

- Oh, son grandes monasterios oficiales. En Sera, puedes encontrar muchos luchadores verdaderos entre los tres mil lamas. Muchos lamas de países extranjeros, como Mongolia, están en Ganden. Allí está el trono de nuestro Gran Maestro, Tsong-khapa. Nadie puede tocar este gran silencio sin temblar. Depung también tiene algunos lamas sabios».

- Lama, ¿hay algunas galerías ocultas bajo el Potala? ¿Y existe un lago subterráneo bajo el templo principal?

El Lama volvió a sonreír.

- «Sabes tantas cosas que parecería que hubieras estado en Lhasa. No sé cuándo has estado allí. Da igual si estuviste allí ahora o con otras vestimentas. Pero si has visto este lago subterráneo, debes de haber sido o bien un gran lama, o un criado que llevaba una antorcha. Pero como criado no podrías saber todas las cosas que me has dicho. Probablemente sepas también que en muchos lugares de Lhasa hay manantiales de aguas termales y en algunas casas las personas usan este agua para sus quehaceres».

- Lama, he oído que algunos animales — ciervos, ardillas y chacales — se acercan a los lamas que meditan en las cuevas de los bosques de los Himalayas, y que los simios y monos a veces les traen su comida.

- «Por mi parte, os pregunto, ¿qué es imposible? Una cosa es evidente: que un ciervo no se acercaría a un ser humano en una ciudad porque muy pocas veces se encuentran personas bien intencionadas en esos sitios atestados de gente. La humanidad no conoce la importancia y el efecto definido de los auras; no se dan cuenta de que no sólo los seres humanos, sino hasta los objetos, también poseen sus auras significativos y eficaces».

- Lama, sabemos de ello y hasta hemos comenzado a fotografiarlos. Y en cuanto a los objetos inaminados, Lama, también sabemos algo acerca del Trono del Maestro, y que nadie debe tocar este trono. De esta manera, la presencia del Grande siempre está cerca.

- «Si conocéis el valor de un trono tan venerado, entonces conocéis el significado de la condición de Gurú (Maestro espiritual). La relación con El es la más elevada que podemos alcanzar en vida. Esta condición nos protege y ascendemos a la perfección conforme nuestra estima al Gurú. Aquel que conoce el significado esencial del Gurú no hablará en contra de las reliquias. En Occidente, también tenéis retratos de los seres queridos y sentís una gran estima por los símbolos y los objetos que usaron vuestros antepasados y grandes Guías. De modo que no lo toméis como idolatría, sino sólo como una profunda veneración y recuerdo del trabajo que llevó a cabo alguien grande. Y no es solamente esta veneración externa, porque si sabéis algo de la emanación física de los objetos, entonces también sabéis algo sobre la magia natural. ¿Qué pensáis del cetro mágico que indica las riquezas subterráneas de la tierra?»

- Lama, por todas partes conocemos muchas historias del extraño poder de esta varilla móvil, a través de la cual se localizan muchas minas, manantiales y pozos.

- «¿Y quién creéis que trabaja en estos experimentos, la varilla o el hombre?»

- Creo, Lama, que la varilla es algo muerto, mientras que el hombre está lleno de vibraciones y poder magnético. De modo tal que la varilla es sólo una pluma en la mano.

- «Sí, en nuestro cuerpo todo está concentrado. Sólo debéis saber cómo usarlo, y cómo no abusar de él. ¿Acaso en Occidente sabéis algo en relación a la Gran Piedra en la que están concentrados poderes mágicos? ¿Y sabéis de qué planeta vino esta piedra? ¿Y quién poseía este tesoro?»

- De la Gran Piedra tenemos tantas leyendas como vosotros tenéis imágenes de Chintamani, Lama. Desde la antigua época de los druidas, muchos pueblos recuerdan estas leyendas de verdad acerca de las energías naturales ocultas en este extraño objeto de nuestro planeta. Muchas veces, en estas piedras caídas hay diamantes ocultos, pero éstos no son nada en comparación con algunos otros metales y energías desconocidas que se encuentran todos los días en las piedras y en las numerosas corrientes y rayos.

Lapis Exilis (la Piedra del Exilio), así se llama la piedra que mencionan los antiguos Meistersingers (Maestros Cantores). Vemos que Occidente y Oriente están trabajando juntos en muchos principios. No nos hace falta ir a los desiertos para oír noticias de la Piedra. En nuestras ciudades, en nuestros laboratorios científicos, tenemos otras leyendas y pruebas. ¿Acaso alguien hubiera creído que los cuentos fantásticos que hablan del hombre volador se cumplirían? Sin embargo, ahora, el correo de todos los días, los visitantes cotidianos, pueden llegar volando.

- «Ciertamente, el Santo dijo hace mucho que los pájaros de acero volarían por el aire. Pero al mismo tiempo, sin la necesidad de levantar esas masas tan pesadas, podemos elevarnos en nuestros cuerpos más sutiles. Vosotros los occidentales siempre soñáis con escalar el Monte Everest con pesadas botas; pero nosotros alcanzamos las mismas alturas y cimas mucho más altas sin problemas. Sólo es necesario pensar, estudiar, recordar y saber cómo atrapar conscientemente todas las experiencias propias en los cuerpos más sublimes. Todo ha sido indicado en la Kalachakra, pero sólo unos pocos lo han comprendido. Vosotros en Occidente, con vuestros aparatos limitados, podéis oír sonidos a larga distancia. Hasta podéis captar los sonidos Cósmicos. Pero hace mucho, Milarepa, sin ningún aparato, podía oír todas las voces Supremas».

- Lama, ¿es verdad que Milarepa, en su juventud, no fue un hombre espiritual? En alguna parte hemos leído que hasta mató a toda la familia de su tío. ¿Cómo, entonces, puede un hombre semejante convertirse en un ser espiritualmente evolucionado, después de tales excesos de ira y hasta asesinato?

- «Tienes razón. En su juventud, Milarepa no sólo mató a esta familia, sino que probablemente cometió muchos otros crímenes horrendos. Pero los procedimientos del espíritu son inexplicables. De uno de vuestros misioneros, hemos oído la historia de vuestro santo llamado Francisco. Sin embargo, en su juventud también cometió muchas ofensas, y su vida entonces no era pura. ¿Cómo pudo lograr en una vida tanta perfección que en Occidente se le considera uno de los santos más enaltecidos? De vuestros misioneros, que visitaron Lhasa en siglos pasados, hemos aprendido muchos cuentos, y algunos de vuestros libros están en nuestras bibliotecas. Se dice que se pueden encontrar libros de vuestro evangelio sellados en algunos de nuestros Stupas. Quizá nosotros sepamos mejor que vosotros cómo venerar las religiones extranjeras».

- Lama, es tan difícil para nosotros los occidentales venerar vuestra religión; muchas cosas son tan confusas, muchas cosas están tan corruptas. Por ejemplo, ¿cómo podría comprender un forastero, al ver dos monasterios completamente iguales por fuera, que en uno se predique el budismo, mientras que, el otro sea el enemigo acérrimo del budismo? Todavía más, si entramos en estos monasterios, vemos superficialmente casi las mismas imágenes. Así, para un forastero, distinguir si una svástica está puesta en dirección invertida o no, es tan difícil como comprender por qué las personas que son completamente ignorantes y a quienes les da por beber tienen el mismo título de lama que tú, que sabes muchas cosas y tienes tanta cultura.

- «Tienes razón. Muchos lamas usan la vestidura lamaísta, pero su vida interior es mucho peor que la de un laico. Muchas veces, entre muchos miles de lamas, podéis conversar acerca de asuntos elevados y esperar una respuesta digna. ¿Pero acaso no sucede lo mismo en vuestra religión?

Hemos visto muchos misioneros; probablemente hablan del único Cristo, pero se atacan unos a otros. Cada uno dice que su enseñanza es superior. Yo creo que Issa (Jesús) brindó sólo una Enseñanza, entonces ¿cómo este gran Símbolo puede tener divisiones que se declaran hostiles entre sí? No creáis que somos tan ignorantes. Hemos oído que ritos celebrados por una secta de sacerdotes cristianos no son reconocidos por otro sacerdote también cristiano. Por lo tanto, se deduce que debéis tener muchos Cristos opuestos.

En nuestros desiertos, se han encontrado muchas cruces cristianas. Una vez pregunté a un misionero cristiano si estas cruces eran auténticas y me dijo que eran cruces bastardas, que durante todas las épocas el falso cristianismo había penetrado en Asia, y que no debemos considerar estas cruces símbolos elevados. Entonces, dime, cómo distinguiremos la cruz auténtica de la falsa? Nosotros también tenemos una cruz en el Gran Signo de Ak-Dorje. Pero para nosotros, es el gran signo de la vida, del elemento ardiente: el signo eterno. ¡Nadie hablaría en contra de este signo!»

- Lama, sabemos que sólo a través del conocimiento del espíritu podemos percibir lo que es auténtico.

- «Nuevamente demostráis vuestro conocimiento de las grandes cosas. Nuevamente habláis como si lo hicierais desde nuestra poderosa Kalachakra. ¿Pero cómo desarollaremos nuestro gran entendimiento? Es verdad, somos sabios de espíritu; sabemos todo, pero ¿cómo evocaremos este conocimiento de las profundidades de nuestra conciencia y lo transmitiremos a nuestras mentes? ¿Cómo reconoceremos las fronteras necesarias entre la vida ascética y la vida común? ¿Cómo sabremos cuánto tiempo podemos ser ermitaños y cuánto tiempo debemos trabajar entre los hombres? ¿Cómo sabremos qué conocimiento puede revelarse sin causar daño y cuál — quizás el más elevado — puede ser divulgado sólo a unos pocos? En esto consiste el conocimiento de la Kalachakra».

- Lama, la Gran Kalachakra es prácticamente desconocida, pues se confunde su Enseñanza con la enseñanza inferior tántrica. Así como tenéis verdaderos budistas, y sus opuestos, los Bon-Po, también tenéis un Tantra más bajo, de hechicería y nigromancia. ¿Y acaso el Santo no denunció la hechicería? Dime con franqueza si un lama podría ser un hechicero.

- «Tienes razón. Nuestros Grandes Maestros no sólo prohibieron la hechicería, sino un despliegue indebido de fuerzas superiores a lo normal. Pero si el espíritu de alguien está tan avanzado que puede llevar a cabo muchas cosas y utilizar cualquiera de sus energías de manera natural y para el Bien Común, entonces, ya no se trata de hechicería, sino de un gran logro, una gran labor para la humanidad.

A través de nuestros símbolos, a través de nuestras imágenes y thankas, podéis ver cómo actuaban los Grandes Maestros; entre los muchos Grandes Maestros, veis pocos en absoluta meditación. Por lo general, llevan a cabo una parte activa en la gran labor. O bien enseñan a las personas o dominan las fuerzas oscuras más poderosas y aliarse a ellas, aunque más bien sea por el Bienestar Común. A veces podéis ver a los Maestros en verdadero conflicto, dispersando las fuerzas malignas del espíritu. La guerra terrenal no está sancionada por nosotros, pero los budistas, a lo largo de la historia, han sido atacados, y ellos jamás han sido los agresores. Hemos oído que durante vuestra reciente Gran Guerra, los sacerdotes cristianos de ambos lados decían que Issa y Dios estaban con ellos. Si Dios es uno, debemos comprender con ello que estaba en conflicto consigo mismo. ¿Cómo podéis explicar una contradicción que resultaba tan inexplicable para todos los budistas?»

- Lama, esta guerra ha acabado. El error más desastroso puede suceder, pero ahora todas las naciones están pensando cómo abolir no sólo la idea sino el material e instrumentos verdaderos de la guerra.

- «¿Y creéis que deberían abolirse todas las armas y buques de guerra? Es mejor que se los transforme en instrumentos de paz y de una Enseñanza más Elevada. Me gustaría ver los grandes buques de guerra convertirse en escuelas viajeras de Alta Enseñanza. ¿Es ello posible? Durante mi viaje a la China, vi tantas armas y buques de guerra que pensé que si sólo estas espantosas creaciones pudieran ser símbolos de una Enseñanza Elevada, antes que símbolos de matanzas ¡qué tremendo flujo de energía Cósmica para el Mundo!»

- Lama, la serpiente pica, sin embargo está considerada el símbolo de la sabiduría.

- «Probablemente habéis oído la antigua parábola de cómo se advirtió a la víbora que no mordiera, sino que sólo silbara. Cada uno debe ser poderoso, ¿qué protección consideráis la más poderosa?»

- Lama, ciertamente, sólo el poder del espíritu proporciona la protección, pues sólo en el espíritu somos fortalecidos mental y físicamente. Un hombre, concentrado espiritualmente, es tan fuerte como una docena de los atletas más musculosos. El hombre que sabe cómo usar sus poderes mentales es más fuerte que la muchedumbre.

- «Ah, nuevamente nos aproximamos a nuestra Gran Kalachakra: ¿quién puede existir sin alimento?, ¿quién puede existir sin dormir?, ¿quién es inmune al calor y al frío?, ¿quién puede curar heridas? En realidad, sólo aquel que estudia la Kalachakra.

Los Grandes Azaras que han tenido acceso a las Enseñanzas de la India, conocen el origen de la Kalachakra. Saben muchas cosas que, cuando se revelen para ayudar a la humanidad, regenerarán la vida por completo. Inadvertidamente, muchas de las Enseñanzas de la Kalachakra se usan, tanto en Oriente como en Occidente, y aun teniendo en cuenta esta utilización inconsciente, los resultados son muchas veces maravillosos. Por lo tanto, es comprensible cuán incomparablemente grandes serían las posibilidades manifestadas por un logro consciente y cuán sabiamente podría usarse la gran energía eterna, esta materia sublime e imponderable que se encuentra dispersa por todas partes y que está a nuestro alcance en todo momento. Esta Enseñanza de la Kalachakra, esta utilización de la energía primaria, ha sido llamada: Enseñanza del Fuego. El pueblo hindú sabe que el Gran Agni, aunque sea una Enseñanza antigua, será la nueva Enseñanza para el Nuevo Mundo. Debemos pensar en el futuro; y sabemos que en la Enseñanza de le Kalachakra yace todo el material que puede aplicarse para el mayor de los usos. Ahora hay muchos maestros, tan diferentes como hostiles unos con otros. Y sin embargo, muchos de ellos hablan de una única cosa y esta cosa está expresada en la Kalachakra. Uno de vuestros sacerdotes una vez me preguntó: «¿Acaso la cábala y Shambhala no son parte de esa única enseñanza?» Preguntó: «¿Acaso el gran Moisés no es un iniciado de la misma Enseñanza y un seguidor de sus leyes?» Podemos afirmar sólo una cosa: cada Enseñanza de la Verdad, cada Enseñanza del Alto principio de la Vida, proviene de una única Fuente. Muchos antiguos Stupas budistas han sido convertidos en templos Linga y muchas mezquitas tienen paredes y los cimientos de antiguos viharas budistas. ¿Pero qué daño se puede hallar en ello, si esas construcciones han sido dedicadas al único principio Elevado de la Vida? Muchas imágenes budistas sobre las rocas encuentran sus orígenes en Enseñanzas muy anteriores al Santo. Sin embargo, también simbolizan la misma esencia elevada.

¿Qué es lo que se revela en la Kalachakra? ¿Hay muchas prohibiciones? No, la excelsa Enseñanza expone sólo lo constructivo. Así es. Se proponen las mismas fuerzas elevadas para la humanidad. Y se revela, con fundamento científico, cómo la humanidad puede usar las fuerzas naturales de los elementos. Cuando os dicen que la ruta más corta es a través de Shambhala, a través de la Kalachakra, significa que el logro no es un ideal imposible, sino que es algo que puede alcanzarse a través de una aspiración sincera y afonosa aquí, en esta tierra y en esta encarnación. Esta es la Enseñanza de Shambhala. Es verdad, cualquiera puede lograrla. Realmente, cada uno puede oír la pronunciación de la palabra Kalagiya.

Pero para alcanzar este estado, un hombre debe dedicarse enteramente a la labor creativa. Aquellos que trabajan con Shambhala, los iniciados y los mensajeros de Shambhala, no se sienten recluidos, viajan por todas partes. Con mucha frecuencia, la gente no los reconoce y a veces ellos no se reconocen entre sí. Pero llevan a cabo su trabajo, no para su propio provecho, sino para la Gran Shambhala. Todos ellos conocen el gran símbolo del carácter anónimo. A veces parecen ricos, y sin embargo, carecen de posesiones. Todo es para ellos, pero no toman nada para sí. De esta manera, cuando os dedicáis a Shambhala, todo os es quitado y todo os es dado. Si os arrepentís, vosotros mismos sois los perdedores; si dais alegremente, os enriquecéis. En esencia, la Enseñanza de Shambhala se asienta sobre lo siguiente: no hablamos de algo distante y secreto. En consecuencia, si sabéis que Shambhala está aquí, en la tierra, si sabéis que todo puede lograrse aquí, en la tierra, entonces todo debe recompensarse aquí, en la tierra. Habéis oído que la recompensa de Shambhala verdaderamente está aquí y que sus ganancias se multiplican. Lo dicho no es porque la Enseñanza de Shàmbhala sea única, sino porque la Enseñanza de Shambhala es vital, porque se entrega para que sea útil en el plano de las encarnaciones terrenales y pueda ser aplicada a las condiciones humanas, cualesquiera que estas sean. ¿De qué manera podemos estudiar la acción? ¿Cómo estar preparados para cualquier forma de conquista, cómo estar abiertos a todo? Sólo con el estudio práctico de Shambhala. Cuando leáis libros que tratan de Shambhala, en parte traducidos a otros idiomas y en parte velados, no os sintáis confundidos con los grandes símbolos. Incluso en Occidente, cuando habláis de grandes descubrimientos, usáis un lenguaje técnico y el lego no lo comprende y toma las expresiones literalmente, juzgando sólo en la superficie. En este sentido, lo mismo puede decirse de las Grandes Escrituras como de los documentos científicos. Algunos toman los grandes Puranas en su sentido literal. ¿Qué conclusión pueden sacar? Sólo la que puede obtenerse desde la superficie del lenguaje, de su filosofía, pero no de la importancia de los signos que se usan. La armonía del exterior y del interior puede lograrse sólo a través del estudio de la Kalachakra. Probablemente habréis visto los Signos de la Kalachakra en las rocas, en sitios completamente desiertos.

Algunas manos desconocidas han hecho un dibujo en las piedras o han grabado las letras de la Kalachakra sobre las rocas. Es verdad, es verdad, sólo a través de Shambhala, sólo a través de la Enseñanza de la Kalachakra, se puede lograr la perfección de la ruta más corta.

Kalagiya, Kalagiya, Kalagiya. ¡Venid a Shambhala!»

Luego nuestra conversación se volvió aún más bella y sagrada. De allí en adelante penetró esa nota que exalta todos los esfuerzos humanos. Hablamos de la montaña Kailash, de los ermitaños que hasta hoy viven en las cuevas de esta maravillosa montaña, colmando el espacio con sus llamadas que evocan la justicia.

Y luego hablamos de Aquel Sitio que yace al norte del Kailash…

Cayó el crepúsculo y toda la habitación pareció cobrar un nuevo significado. La imagen de Chenrezi, soberbiamente bordada sobre la seda brillante que colgaba por encima de la cabeza del Lama, parecía observarnos de un modo atrayente. Estas imágenes ya no se encuentran en el Tíbet.

A cada lado de esta imagen había otras, también de un extraño brillo. Una de ellas era Amitayus; la otra, el Señor Buda, siempre inmutable con el signo inconquistable del rayo — el dorje — en la mano. Desde el santuario en la habitación, Dolma, la Tara Blanca, sonreía benignamente.

De un ramo de fucsias frescas y dalias violetas emanaba una refrescante vitalidad. También desde allí brillaba la Imagen del Poderoso, el Invencible Rigden Gyeppo y Su Presencia nuevamente nos recordó el sitio misterioso al norte del Kailash. En las esquinas de este estandarte había cuatro imágenes muy significativas. Debajo estaba el sucesor de Rigden Gyeppo con un pandit hindú, uno de los primeros exponentes de la Kalachakra. En las esquinas superiores había dos imágenes del Tashi Lama, el de la izquierda era el Tercer Tashi Lama, Pan-chen Palden ye-she, que dio noticias acerca de Shambhala. Y a la derecha había una figura correspondiente al actual Tashi Lama, Pan-chen Chö-kyi nyi-ma ge-leg nam-jyal pal-zang-po, que ha enviado recientemente otra plegaria a Shambhala la Resplandeciente. En el centro del estandarte está el propio Rigden Gyeppo y desde la base de Su trono irradiaba la Ak-ojir-Ak-dorje cruzada, la Cruz de la Vida. Una legión de hombres estaba reunida delante del trono de Rigden: ¡quién no estaba entre ellos! Había un habitante de Ladak, con su alto sombrero negro; chinos con sus sombreros redondos con una bola roja encima; aquí, con sus vestimentas blancas, había un hindú; allí, un musulmán, con un turbante blanco. Aquí, kirguizes, buriatos, kalmukos; y allí, mongoles con sus trajes característicos.

Cada uno ofrecía al Soberano los mejores presentes de sus tierras: frutos y granos; tejidos y armaduras y piedras preciosas. Nadie obligaba a estas naciones; venían voluntariamente de todas partes del Asia, a rodear al Gran Guerrero. ¿Quizás estaban conquistados? No, no había humildad cuando se acercaban a El. Las naciones se le aproximaban como a su propio y único Soberano. Su mano apuntaba hacia la tierra como en el majestuoso gesto del gran León Sangre; sobre la fuerza de la tierra hizo su juramento de construir constantemente.

Del aromático incienso delante de la Imagen, ascendían vahos azulados que flotaban ante ella inscribiendo numerosos signos en la misteriosa lengua Senzar. Luego, por temor a que aquellos que no conocen la Gran Verdad la profanaran, los signos fragantes flotaban juntos y se desvanecían en el espacio.






Talai-Pho-Brang, 1928

Obras de Nicolás K. Roerich