Lilith
Ariell Chris & Laura Morandini
Para introducirse al dominio arquetipal y astrológico de Lilith hay que comenzar por hablar de Ángeles y Demonios, para lo cual es necesario remontarse al principio de todo. Como dice el Génesis y todos los libros Sagrados de la sabiduría antigua, al principio era la nada y de la nada fueron uniéndose poco a poco en el Universo energías análogas de forma evolutiva. De esa unión emergió una gran bola de fuego donde todas estas entidades espirituales tenían un plan pre-establecido de evolución.
Habiendo pertenecido previamente a un antiguo sistema solar desintegrado –la Noche de Brama- volvieron a unirse con la fuente primordial (así como la mónada de los hombres en el momento en que llega al fin su existencia terrestre) y al desprenderse nuevamente de su fuente de primigenia comenzó un nuevo proceso evolutivo que dio origen a nuestro actual sistema solar.
Dentro de esa gran bola de fuego ciertas entidades vibraban en armonía mientras otras no pudieron seguir la misma dirección o velocidad y se fueron rezagando cristalizándose hacia los polos. Se marginaron sin poder vibrar a la misma frecuencia que las otras entidades y por la fuerza de rotación descendieron al Ecuador y de allí fueron expulsadas. Se pudiera decir que el primer gran expulsado del Sol central -o Trono- dentro de la creación de nuestro sistema fue el planeta Plutón, de allí que Plutón esconde lo más primitivo de la esencia humana y también el lado más turbulento y oscuro, asociado a los procesos llamados infernales. El Sol actual es la herencia del Trono y los planetas son hijos de él. Pero son hijos que se fueron de casa a medida que no pudieron resistir la presión del hogar. Del Trono también nacieron Neptuno, Urano, Saturno, Júpiter, Marte, nuestra Madre Tierra, Venus y el último nacido del Trono fue Mercurio. Es el primer planeta y el más cercano al Sol. Si se quiere, es el hijo predilecto del Sol.
Dentro de esta gran cadena de cambios la Tierra resume la misma historia, y así como se da ese gran proceso en un sistema solar también se da a nivel planetario. Entre las fuerzas que habitaban la Tierra también evolucionaban entidades que no pudieron seguir el ritmo establecido de evolución y por lo tanto debieron ser expulsadas de la esfera terrestre: la Luna fue el receptáculo de estas entidades y hoy su hogar.
Todas las lunas de los sistemas planetarios son hijas de estos planetas que en cierta forma no han podido seguir su evolución y se han separado. Podríamos decir entonces que las energías que habitan la Luna son de menor vibración que las de la Tierra (más allá de la tercera dimensión porque nuestra condición humana no nos permite ver otras dimensiones), y corresponden a un plano inferior de evolución, así como las entidades solares corresponden al máximo nivel evolutivo al que podemos aspirar. De allí que la Luna y el Sol en una carta astrológica aluden a los procesos Ying y Yang, evolutivo-involutivo, luz-oscuridad, en resumen, polarización de la conciencia humana. De hecho la Luna, como hija no evolucionada de la Tierra, corresponde a la parte inferior de nuestra existencia.
Lilith pertenece al sistema de la astrología Lunar, así como los eclipses, los Nodos Lunares y las fases de la Luna. Nuestros hermanos menores, los animales, funcionan únicamente a nivel de conciencia lunar, satisfacen las necesidades básicas del cuerpo tales como alimento, reposo y sexo. Dependiendo del punto de referencia se puede hablar apropiadamente de Ángeles o Demonios, porque la Tierra es un demonio para el Sol pero un ángel para la Luna. Si hablamos de superioridad o de inferioridad de evolución, el Sol es la máxima aspiración de elevación y corresponde al Dios total de nuestro sistema, y, como la Tierra nació de él, es Ying en relación al Sol.
¿Qué significa demonio?: que se encuentra rezagado en el proceso evolutivo. Por lo tanto se puede decir que la Luna es un demonio para la Tierra. ¿Por qué la insistencia de algunas religiones en suprimir los instintos como el comer, las relaciones sexuales, y el disfrute?. Es toda la parte terrestre-lunar de la conciencia humana. El subordinar la conciencia Lunar a la Solar incluye el ayuno, la castidad, el desapego material como un método filosófico-práctico orientado al dominio de sí mismo. De allí la eterna pugna del Sol y la Luna siendo el primero la voluntad y la segunda las necesidades.
Se puede entonces comprender que la energía Lunar va ligada la necesidad de vivir plenamente y a la satisfacción de nuestros apetitos. El hombre es un ser íntegro y las pruebas en el templo Lunar deben forzosamente formar parte de su naturaleza, sin embargo para algunas religiones y filosofías es necesario el dominio de la Luna -como para los Tibetanos- porque la Luna es símbolo del mal, es decir, donde se encuentre emplazada la Luna por signos, simbolizará la esfera humana que desea satisfacer sus apetitos. Para nosotros, es un trabajo de integración sobre necesidades complejas, globales, de satisfacciones plenas –la Coniunctio Alquímica-.
La Luna es la energía que nos lleva a buscar afinidades, convivir, compartir con las otras personas, la dependencia y la necesidad de aprobación. Por eso, otra forma de dominar a la Luna es a través de la separación –Separatio en la transmutación Alquímica-, el aislamiento, los encierros en los conventos, es decir que la senda de la soledad también va asociada al trabajo lunar –Arcano IX del tarot El Ermitaño - Saturno. Todas las filosofías que se orientan solamente hacia el Sol negando la Luna, tienden a privarla de todas sus manifestaciones como el comer, hacer el amor, estar acompañado, ya que consideran que de esta manera van a evolucionar mucho más rápido, sin embargo lo que están creando es un karma Saturnino-Lunar por la represión de una energía que debe ser experimentada para su posterior integración a la conciencia. Es sólo entonces que el hombre no necesitará más de ella. A través de este proceso se logra la ruptura de la Rueda del Samsara o ciclo de reencarnaciones, logrando la fusión del Ego individual o personalidad temporal con el Ser Supremo, el Si Mismo.
Ni por exceso ni por carencia, se debe aspirar al equilibrio de la conciencia.
Imaginemos a un hombre hipotético al cual suprimiéramos la Luna, tendríamos un androide, sin emociones ni sentimientos. No podemos eliminar radicalmente a nuestra Luna ni maltratarla, pero tampoco podemos permitirle todo, ya que en la Luna se dan los procesos de adicción y dependencia: los excesos como la obesidad, el alcoholismo, entre otros; que son expresados karmicamente por contactos de Neptuno y Júpiter asociados a la Luna.
En la Luna habitan entidades inferiores que pudiéramos llamar demoníacas. En la fase del plenilunio estas entidades se repliegan en el lado oscuro de la Luna y no pueden acceder a la Tierra pero en el momento del novilunio estas entidades se liberan invadiendo la totalidad del globo lunar y pudiendo acceder a la Tierra mucho más fácilmente. Por eso en la edad media existían dos clases de magia:
La magia del plenilunio – Blanca- (punto de máxima luminosidad en el disco Lunar) asociada a Deméter-Eva, Diosas Blancas.
La magia del novilunio – Negra- (punto de carencia absoluta de luz) asociado a Hécate-Lilith, Diosas Oscuras.
En una conjunción Sol–Luna -la Coniunctio- si existe un orbe de 8 grados llamamos a esta posición Hécate, que en astrología antigua era el presagio de grandes infortunios. Lo mismo para la Lilith astrológica.
También el Nodo norte y el Sur -Rahu y Ketu- son energías asociadas a la simbología de la Luna y del Sol, ya que la órbita de la Tierra girando alrededor del Sol (eclíptica) con el cruce de la orbita lunar alrededor de la tierra, es el punto de intersección conocido como el Dragón, punto relacionado con los eclipses. Evidentemente el Dragón nos muestra un choque energético entre el dominio lunar y el solar. Por eso se dice que Ketu –o Nodo Sur- tiene mucho que ver con la energía lunar, mientras que Rahu -o Nodo Norte- nos lleva a identificarnos con el poder solar y la imagen del héroe. No se debe separar de la interpretación de la carta astral el signo del Nodo Norte y la posición Solar porque el Nodo Norte es el punto de desarrollo de las cualidades que nos permitirán llegar a nuestro Sol. Así mismo, el Nodo Sur está asociado al arquetipo lunar y al interpretar a Ketu tenemos que dirigir la mirada hacia la Luna natal, que es donde están los apegos, los automatismos y todas las satisfacciones de las necesidades.
La Luna Negra junto al eje Nodal, los eclipses y sus series de Saros así como los ciclos lunares forman parte de la astrología Lunar, técnicas conocidas y desarrolladas por la astrología Babilónica. No es algo nuevo, pero es un tema que ha sido motivo de interés y también de indiferencia por parte de los astrólogos a lo largo de los diferentes periodos históricos. Se retomó a Lilith alrededor de los años `70, cuando las mujeres en cierta forma comenzaron a expresar una mayor autosuficiencia y búsqueda de igualdad de derechos en relación al hombre, lo que por exceso se expresó a través del movimiento feminista. De hecho, hoy en día existe un movimiento feminista que lleva el nombre de la Diosa, queriendo manifestar únicamente la faceta Lilith de la mujer fálica.
Lilith Astronómica
La Luna gira alrededor de la tierra en una orbita elíptica. En los extremos de la elipse, la órbita tiene un punto de mayor acercamiento -llamado perigeo, Priape- y otro de mayor alejamiento en relación con la tierra -llamado apogeo lunar, Lilith, la Luna Negra. A partir de la descripción astronómica se pueden sacar ciertas conclusiones de este arquetipo.
En el perigeo Lunar las influencias lunares son más vivas, más intensas, mientras que el apogeo lunar es donde la Luna se desprende, se aleja o abandona la tierra, por lo tanto se crea una especie de balanza en la órbita lunar donde en el perigeo está la tierra como núcleo o centro gravitatorio, pero existe un espacio vacío dentro de esta órbita que podríamos llamar antimateria o anti tierra, que forma el equilibrio entre lo que existe y no existe.
Al apogeo lunar y a ese espacio vacío es lo que llamamos Lilith. Un punto de equilibrio entre el centro gravitatorio -la Tierra- y su punto opuesto. A nivel magnético, cuando la Luna se encuentra en su perigeo, es decir cerca de la tierra, acelera su marcha y a medida que se aleja se hace mas lenta. Lilith es el punto de mayor alejamiento, indicando un corte con nuestras necesidades. Si hemos hablado de todo el proceso lunar y de todo lo que ella significa, al acercarse a la tierra -en su perigeo- es donde tenemos mas contacto con nuestras emociones. Cuando nos dirigimos hacia el apogeo lunar -Lilith-, es donde nos distanciamos y tomamos una energía que muestra el rechazo de nuestro mundo afectivo.
Lilith está relacionada al eje del Dragón ya que Lilith es el resultado de la órbita lunar alrededor de la Tierra mientras que el Dragón es el resultado de la intercepción de la orbita de la Tierra alrededor del Sol ( la Eclíptica ) y la orbita de la Luna alrededor de la Tierra. Por lo tanto tienen un ciclo muy parecido: El Dragón recorre todo el Zodiaco en 18 años, (cabeza con cabeza de dragón es un ciclo de 18 años) mientras que cola con cabeza, -cuando el Dragón se muerde la cola- es un demi-ciclo de 9 años. Lilith tiene un ciclo de 9 años en la carta, (8 años -10 meses) por lo tanto a cada retorno del Dragón -o mordida de la cola del Dragón- corresponde en nuestra vida (o cercano a ese periodo) un retorno de Lilith en la carta. Por lo tanto los períodos de las edades de Lilith y del Dragón muestran la siguiente secuencia: 9-18-27-36-45-54-63-72-81-90-99. De tal manera que en ciertas períodos vitales, como por ejemplo los 27 años, el Dragón realiza su segunda inversión nodal (cabeza con cola), la Luna progresada retorna a su punto inicial y es el preámbulo del retorno de Saturno, comienzo de la edad adulta. Así también los 36 años, es una edad fundamental en el cambio de dirección de la vida, marcada por el segundo retorno del Dragón –segunda oportunidad para aceptar el destino-, tercer retorno de Júpiter al punto natal – tercer reencuentro con el Don, la Vocación y la Gracia Divina- y la cuadratura creciente de Saturno a su posición de origen- señalando la necesidad de cambiar de vida. Todas estas edades están marcadas por la ruptura con lo viejo, el cambio, la iniciación y el renacimiento: dialéctica de Lilith.
Actualmente se trabaja con la Lilith “promedio” que es un resultado del movimiento directo/retrogrado de la Lilith real. Es un movimiento promedio de aproximadamente 6 o 7 minutos por día manteniéndose en un signo casi un año, avanzando en un año 40º. El orbe de Lilith comienza a sentirse a los 3 o 4 grados, funcionando intensamente por conjunción u oposición, ya sea en transito o natal. La mayor intensidad la tiene la conjunción, igual que el Dragón. Esto no quiere decir que los trígonos o las cuadraturas no funcionen, pero se considera que la conjunción posee la máxima intensidad. Existen además una Lilith inglesa que es un satélite hipotético de la Tierra, así como también un asteroide con el mismo nombre (asteroide 1181).
Lilith encierra dentro de su dialéctica:
la intensidad emocional, el secreto, la confrontación con la oscuridad, los tabúes familiares y sociales, las pruebas iniciáticas y duelos de Plutón por lo que se le ha dado el trono por exaltación en el signo de Escorpio –lugar de caída de la Luna Blanca-
la castración, la soledad, la privación emocional, la frialdad, y el rigor interno de Saturno (la confrontación mitológica de Lilith con el Dios hebreo Jehová), por lo que tiene su trono en Capricornio – lugar del exilio de la luna Blanca-
la rebeldía, la puesta en distancia, el desapego, el sentimiento de ser único y diferente a los demás, la trasgresión de Urano, por lo que se le da nuevamente a Escorpio por signo de exaltación y Acuario como una exaltación menor, signo Prometeico por excelencia donde Lilith tentó a Eva con la manzana del árbol del conocimiento.
Lilith encuentra su exilio en el signo de Cáncer, signo del domicilio de la Luna Blanca, siendo una zona de choque con este arquetipo, oponiéndose a la faceta maternal y sustentadora de vida.
Tauro es su signo de caída, por lo tanto priva de la tranquilidad, paz y serenidad de una vida segura pero monótona.
Origen y Significado
En los 70 años que duró el cautiverio de los hebreos en Babilonia, estos tomaron costumbres, ritos y absorbieron parte del bagaje cultural de los mismos, incluyendo a la diosa oscura lunar. La Lilith Babilónica era una mujer, hechicera, una Diosa con pies de águila. También se le representaba como a una mujer con una vagina en la frente, otras veces esa vagina era dentada: imagen de la mujer devoradora. A ella le rendían culto. Todas las diosas que en cierta forma guardan relación con el Arcano II del Tarot -la Sacerdotisa- identificada con la luna llena y la magia blanca, y por otro lado el contacto con la magia negra, la hechicera Hécate y Luna Nueva-, van asociadas a la polaridad de Diosas Blancas y Diosas Oscuras que en las diferentes culturas han tomado nombres diversos pero que hacen referencia a la misma energía Madre: la Luna y sus fases.
Por otro lado Lilith, es un fruto hebraico relacionado a los libros de sabiduría del Zohar. Jehová creó la tierra, sus mares, sus montañas, sus animales, crea al hombre y es entonces que Lilith se encuentra con Adán. Se cuenta que Lilith fue la primera esposa de Adán, pero ella no había encarnado en el mundo material, no tenía cuerpo físico. Mantenían relaciones desde el mundo astral mientras él dormía (lo que en el mundo medieval eran llamados Súcubos e Incubos, entidades Luciferinas masculinas y femeninas que seducían a los místicos célibes en sus sueños y les absorbían la energía vital sexual – la Serpiente Kundalini-) . Del fruto de estas relaciones sexuales de Adán con Lilith nacieron millones de demonios. Lilith se atrevió a algo prohibido: nombrar a Dios por su nombre secreto (YHVH) el Tetragrámaton. Y por ello fue expulsada del Edén y fue obligada a casarse con Samael, unos de los nombres del ángel caído.
El nombre secreto de Dios no se podía pronunciar, porque equiparaba momentáneamente al blasfemo con la deidad (Hybris). Lilith lo pronunció como un acto de trasgresión. La Hija insumisa fálica frente al poder paterno todo poderoso. (Confrontación esperada y deseada con su Animus)
Dios entonces crea a la primera mujer física: Eva. Pero Lilith deseaba a Adán con los códigos de obsesión, fascinación, trasgresión, rebeldía, el no-quiero, el “quiero pero no debo” , la distancia, la ausencia, lo invisible y la presencia de la ausencia. Lo que arquetipalmente en nuestra carta natal representa una atracción tan intensa que podría generar nuestra propia expulsión del Edén, la destrucción de nuestro mundo Paradisíaco y el encuentro con la Guardiana del Umbral. Lilith entonces se convierte en serpiente, símbolo de la sabiduría, pecado y tentación, ofreciéndole la famosa manzana a Eva, como una especie de rivalidad y venganza ya que Eva representa a la Luna Blanca. Lilith muestra las polaridades de la Luna Blanca y la Luna Negra. Eva es la mujer sumisa al hombre, es la mujer dependiente, la que no tiene identidad propia sino como esposa de Adán y receptáculo pasivo del Anima. En cambio Lilith es la mujer que existía antes que el hombre, es la que lo necesita como instrumento iniciático para así llevar a cabo EL GRAN COMBATE , pero NUNCA para depender de él. Las relaciones sexuales de Eva con Adán eran para procrear, en cambio Lilith mantenía relaciones con Adán para satisfacerse.
En nuestros días se ha introducido intensamente el arquetipo de Lilith en nuestras conciencias. La mujer hasta hace algunos años únicamente expresaba la faceta de la Luna Blanca. Imaginemonos una mujer viviendo el arquetipo de Lilith hace 100 o 200 años, estaríamos hablando de la prostituta. Por lo tanto Lilith en la conciencia femenina es el lado sombrío –prostituta- ya que la cultura nos ha enseñado que expresar a Lilith es ser una “mala mujer”.
La Sacerdotisa del Tarot – Arcano II- expresa tanto a la virgen María como a la prostituta sagrada –María Magdalena- Tenemos siempre la tendencia a separar como Walt Disney, lo bueno de lo malo y son sólo polaridades de la misma unidad, es así que las sacerdotisas antiguas eran vírgenes sagradas pero no vírgenes necesariamente en lo concreto, sino que en ese tiempo significaba la mujer que no le pertenecía a ningún hombre, más el resguardo de un espacio psíquico. Las sacerdotisas a través del acto sexual adquirían fuerza y dimensión dentro del templo donde ellas estaban destinadas a iniciar a los hombres en la sabiduría de los dioses.
Lilith es una presencia ausente. Energía que lleva a las personas a distanciarse de su forma Lunar, nostalgia de lo distante. Al igual que la Sacerdotisa del Tarot – Sofía-, Lilith es el silencio, la voz interior, la Sabiduría, sin embargo las vías de acceso a la interioridad son diametralmente opuestas en ambas: trasgresión vs aceptación del Orden Celeste.
Lilith se mueve muy lentamente de manera que al tocar un punto en la carta natal su efecto se siente durante largo tiempo, así como la oscuridad hiperconsciente de la energía que va transitando a través de la introspección forzada como la daga iniciática.
A Lilith se le ha identificado con lo negro, lo oscuro, la parte sombra de la psique. Lo negro como sinónimo de la noche. Separamos el día entre el dominio solar y el dominio lunar.
Durante el día, los valores materiales dominan, desde las 6am a las 6pm, la parte material, racional, el mundo de los horarios, del trabajo, el mundo solar es el que prevalece. El pico del materialismo lo podemos asociar a la casa X y al mediodía. El pico lunar seria entonces a las 12 de la medianoche. No es en vano que a esa hora se la conoce como la Hora de las Brujas, siendo el Nadir donde la noche adquiere su mayor potencia, símbolo del contacto con la Sacerdotisa, la voz interna, la búsqueda, la fuerza de donde emergen los fantasmas nocturnos, los espectros del inconsciente.
La noche nos pone en contacto con nosotros mismos. Todos los aprendizajes y poderes espirituales se dan durante la noche. Las personas que le temen a la oscuridad, que temen estar despiertos, son personas muy orientadas por las circunstancias al servicio materialista de la vida. Las que no pueden dormir es porque están recibiendo cierto tipo de información ya sea conscientemente o no. La noche nos puede dar el contacto con nosotros mismos. Lilith es un canal de energías arquetipales no solo demoníacas. ¿Por qué demoníacas? Porque si tomamos contacto con nuestro mundo interno, y no estamos del todo claros con nuestra dirección y espiritualidad, son los instintos negativos los que van a aflorar, es decir, la noche no es solamente de demonios, es un momento con nuestro ser íntimo y si está perturbado, eso es lo que va a manifestar Lilith . No estoy de acuerdo solo con la parte demoníaca de Lilith porque ella es un canal, un puente de visión interna y búsqueda que evidentemente va a hacer aflorar los poderes superiores de la psique, tanto bajo la forma de Angeles asistentes o Demonios torturantes.
Ella es un vehículo que nos obliga a mirar hacia adentro -introspección- porque es una energía que nos lleva a la conciencia de lo absoluto fuera de toda ilusión y circunstancia de lo que nosotros somos – Maya-. Ella no miente. El inconsciente no miente. Ella saca de nosotros todo, si en nuestra noche hay murciélagos, saldrán murciélagos, pero si en nuestra noche se encuentra nuestro Oro Alquímico, también lo encontraremos. El encuentro con el inconsciente, con la parte mas profunda, va al rescate de vidas pasadas, se orienta hacia la necesidad de cambio, al contacto íntimo siendo esta una forma de aprendizaje no racional –Yesod en la Qábalah- la Conciencia Oracular.
Todos en un determinado momento de nuestra vida nos encontramos con Lilith. Conecta con procesos de interiorización. Sin embargo no se puede exigir a una persona que no esté pasando por un proceso arquetipal de Lilith que se interese por ella.
Lilith es sin duda una energía ligada al afecto, a las relaciones y manifiesta procesos de corte y separación a nivel de vinculación.
En una carta femenina muestra lo que podría ser el choque o el antagonismo, la dicotomía entre la buena y la mala mujer. La “mala” mujer vive sola, es autosuficiente, trabaja, no necesita de un hombre para casarse, para que la mantenga. Pero comparte su vida con quien ama. Sin embargo Lilith no era pareja de Adán, se satisfacía sexualmente con él. Lilith no era pareja de nadie, es la mujer que no le pertenece a ningún hombre, la mujer fálica, de manera que también el lesbianismo puede formar parte de este arquetipo.
La Luna blanca es la mujer incapaz de independencia, que sale de la casa de los padres hacia el marido “de la cuna a la cama” , destinada a tener muchos hijos, cocinar, mantener el núcleo del clan familiar, complacer al hombre.
Dentro de la carta de un hombre, Lilith manifiesta la atracción por una u otra mujer –Anima-. En una conciencia masculina que no tenga a Lilith integrada se transforma en la amante. Por el contrario, si hay integración de ambos aspectos femeninos la esposa puede ser ambas Lunas: madre y amante.
Dentro de una educación convencional, un hombre que niegue o no tenga conciencia de su Lilith, es el hombre que elige a la mujer que ejemplifique puramente las virtudes del arquetipo lunar, mientras que a la amante la busca en otras partes de su vida, fuera del núcleo familiar. El arquetipo femenino se encuentra escindido pudiendo derivarse dos situaciones antagónicas unipolares:
El hombre que ama con deseo a nivel de Lilith por lo que no es posible la compenetración de convivencia o del matrimonio, ya que su Luna Blanca no ha sido integrada a la conciencia por un exceso de idealización y estará inconscientemente siempre en la búsqueda de la mujer Madre.
El hombre que vive su Luna Blanca como la esposa y madre, por lo que Lilith adopta la forma de Anima destructiva propiciando la expulsión del Edén: un tercero que irrumpe desde el afuera pudiendo despojar al hombre de su paraíso tranquilo y confortable, pero no evolutivo.
En las mujeres, puede ocurrir que supriman completamente a Lilith de sus cartas. Pero la van a proyectar en “la otra”, en la amante del marido. Porque si una mujer suprime toda su capacidad de seducir, atraer y fascinar a su Sol proyectado, entonces automáticamente lo va a vivir por reflejo. Y allí es donde se da el sufrimiento de Lilith: la infidelidad, el corte, el divorcio y todas las historias turbias y tórridas. La proyección en el polo femenino es tanto “la otra” como el otro hombre, el amante.
El hombre Lilith es el hombre polarizado hacia lo femenino, es el artista, el místico, por ejemplo Jiddu Khrisnamurty (Lilith en casa I en Acuario en conjunción al ascendente) , un ser magnético que encarna lo inalcanzable pero prohibido, y en algunos casos destructivo (Pablo Picasso tenía a Lilith también en la Casa 1 en Leo). Como Lilith es una energía ligada al polo femenino es un hombre que no entra dentro de los cánones tradicionales pero que va hacia el polo femenino sin que esto signifique afeminamiento, es sensible, soñador, posee búsqueda interna e imaginación. Algunas veces se manifiesta como homosexualidad.
Lilith representa la sabiduría cuando le ofrece la manzana a Eva porque ellos vivían a nivel primario en una etapa de ingenuidad tal que no tenían conciencia de sí mismos ni de su entorno. Es lo mismo que el fuego de Prometeo, antes de que Prometeo robara el fuego, el hombre se mantenía feliz en un estado casi animal, tuvo que robar el fuego y sufrir en carne propia las consecuencias para que el hombre tuviese conciencia. Es así que Lilith muestra el mismo proceso prometeico de la historia del fuego y su desafío a Zeus. Dio la manzana movida por la venganza sin saber que era un instrumento de la Voluntad Suprema, dadora inconsciente de sabiduría para que el hombre saliese de su Paraíso Lunar donde estaba protegido y seguro. Lilith le da la manzana a Eva para que Adán pudiese elegir por amor, cual de las dos pudiese ser mejor para él –Bifurcatio, el Arcano VI del Tarot- . Todo depende del parámetro moral con el que se cuente la historia. Sin trasgresión no hay movimiento psíquico, por esto Lilith no es únicamente una fuerza o energía demoníaca sino una energía conectora con los cortes y rupturas necesarios en nuestra vida para el crecimiento y la evolución.
Por este acto de dar la manzana Jehová –paradójicamente- condenó a Lilith a que cada día muriesen mil de sus hijos. Por eso en Babilonia cuando un niño iba a nacer escribían en la puerta de entrada “que Lilith no venga a nuestro hogar” porque ella representaba a la asesina de niños.
Si nos referimos a la cultura Latinoamericana encontramos a la Llorona y a la Sayona que son dos arquetipos que hacen referencia a Lilith. La Sayona sale de noche en lugares solitarios, atrae a los hombres en cruce de caminos, -muy Hécate- y los seduce para luego matarlos. Aquí entramos dentro de un polo del arquetipo, la mujer que fascina, la amante, la que no es para casarse pero que atrapa y puede destruir, destruir matrimonios, familias ya que hechiza al hombre quedando este tomado por su propio lado sombrío no integrado.
En la Llorona se encuentra a Lilith que lloraba la muerte de sus hijos. En la muerte de los hijos, (simbólica o real) Lilith va ligada al aborto ya que en ella el acto sexual es para la satisfacción y no la procreación. En este sentido es la negación de los hijos y/o la legalización del aborto o pérdida de ellos. Karmicamente Lilith en casa V puede manifestarse como un rechazo consciente a los hijos por un recuerdo inconsciente de pérdida de los mismos en una encarnación anterior.
En Venezuela, María Lionza es una digna representante arquetipal Lilith.
Lilith enseña a cortar con la Luna para dirigirnos hacia el Nodo Norte. Se le asocia a los puñales, sables, dagas, cortes, bisturí, cuchillos, por eso tiene una hoz como Saturno. Lilith es la fuerza del “no” o es la forma del “si” oponiéndose a cosas y a personas. Es el todo o nada, absoluta, la presencia de la ausencia, separaciones, distancia, duelos, procesos iniciáticos que nos llevan a un cambio de vida, a mirar hacia adentro, la introversión, sacar la sabiduría interna. Lilith es silencio. Es decir las cosas sin hablar, es la fuerza de la mirada, la intensidad de los gestos, el temblor interno que expresa la emoción, pero en silencio.
Ella es la Diosa de los secretos, los tabúes, la fascinación o el rechazo por lo prohibido. Puede ser una zona de intención también para cortar con los padres y con la sociedad.
Si rechazamos amargamente al objeto que nos fascina preocupados por el “qué dirán social” nos castramos, y mutilándonos , la daga de Lilith nos devuelve a la ley establecida de la mano del verdugo moral. Si decidimos trasgredir, nos auto-marginamos en un exilio doloroso e iniciático. La intención espiritual del aspirante nos va a aclarar si su trasgresión se encuentra en armonía con las Leyes Celestes o no.
Ella es un receptáculo de fascinación pero a la vez de insatisfacción, es una deidad que vampiriza.
Lilith es el acto sexual y sus herramientas (Yoni/Ligan – Pene/Vagina) Plutón es la energía del Kundalini, la Divina serpiente que asciende gradualmente por la columna vertebral iluminando el Chakra Corona, propiciando el despertar espiritual. Por lo tanto Lilith y Plutón son la llave de la magia Tántrica. Es por esto que antiguamente las Prostitutas Sagradas eran vehículos para la conexión de los iniciados con el Uno, hoy en día pareciera que Lilith ha desterrado definitivamente de nuestra conciencia a Venus – el amor- y a la Luna Blanca –el sentido de pareja y familia- llevando a la satisfacción inmediata de la sexualidad, limitándose a la genitalidad y perdiendo su sentido trascendente. Esta es una mala utilización de la energía de Lilith, así como todas las perversiones y aberraciones sexuales.
Lilith es un instrumento de la individuación, partera y nodriza crepuscular del Averno, que en sus retornos en la carta astral nos confronta a finales de ciclo y nuevos comienzos frágiles, es la hiperconsciencia del No Ser. Allí donde está Lilith nos diferenciamos, separándonos, forzados por las circunstancias del Destino -Karma- de nuestros apegos lunares. La palabra clave de Lilith es cortar con los apegos que nos han estancado en nuestro peregrinar espiritual en el plano terrestre. Dependiendo de la posición de Lilith veremos si ese corte es doloroso o no. Lilith son los miedos, la noche oscura del alma, el Arcano XVIII del Tarot, la Nigredo Alquímica, la angustia, la depresión, a través de ese proceso cortamos luego con lo que ella implica. Lilith con cuadraturas u oposiciones indicará que el corte es doloroso y obligatorio. Si no hay aspectos no será determinante en la vida.
Lilith, al igual que todas las energías de nuestra carta nos va a llevar hacia el Sol, la realización última y la evolución, el Oro Alquímico, el destino único y personal
por eso donde está Lilith en nuestra carta hacemos un vacío y nos sentimos solos en nuestro sendero. Allí somos exigentes, LA SED DE LO ABSOLUTO.
http://arcalucis4.netfirms.com/FL2297.html
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